El martes 17 de junio, la Casa Blanca anunció que el presidente Donald Trump firmará una nueva orden ejecutiva para conceder a TikTok un tercer plazo de 90 días, dando más tiempo a ByteDance para concretar la venta de sus operaciones en EE.UU. a una firma no china.
Este retraso, que podría extenderse hasta mediados de septiembre, se añade a dos prórrogas previas —de 75 días en enero y abril— hechas bajo la ley de seguridad nacional aprobada en abril de 2024 y que exige la desinversión de las entidades extranjeras para evitar la prohibición.
Según la portavoz Karoline Leavitt, se otorgó este nuevo margen para garantizar "que el pueblo estadounidense pueda seguir usando TikTok con la seguridad de que sus datos están seguros y protegidos".
La extensión llega mientras las negociaciones involucran a potenciales compradores como Oracle, Blackstone, Amazon, AppLovin y Perplexity AI. No obstante, persisten obstáculos debido a la resistencia de Pequín para autorizar la transferencia del algoritmo central de TikTok.
Expertos legales advierten que extender más allá de un solo plazo de 90 días carece de respaldo legal claro, lo que podría generar desafíos judiciales si se demuestra que los datos de usuarios quedaron expuestos en China durante ese periodo.
Mientras tanto, congresistas de ambos partidos critican las prórrogas repetidas y llaman a hacer cumplir la ley, aunque el Congreso también se ve dividido por la presión de influenciadores, empresas y sectores tecnológicos.
La suspensión del plazo ya había provocado interrupciones en las tiendas de apps estadounidenses a mediados de enero —antes de la intervención de Trump— lo que generó pánico entre 170 millones de usuarios