Durante una ceremonia religiosa realizada tras la toma del poder de Trump, la obispa episcopaliana Mariann Edgar Budde, pidió al mandatario que respetará la libertad de los niños, los inmigrantes y la comunidad LGTBI.
Ante esto, el presidente Trump exigió a la obispa que pidiera disculpas públicas por haber solicitado piedad a ala comunicad LGBT, acusándola de ser una "radical de izquierda" .
"La llamada obispa que habló en el Servicio Nacional de Oración el martes por la mañana era una radical de izquierda que odiaba a Trump", escribió Trump en su plataforma Truth Social. "Tenía un tono desagradable y no era convincente ni inteligente.
La obispa episcopaliana Mariann Edgar Budde pidió a Trump y al vicepresidente JD Vance tener "misericordia" con "los gays, lesbianas y niños transgénero", así como por los que "recogen nuestras cosechas y limpian nuestras oficinas; los que lavan nuestros platos en un restaurante o los que hacen los turnos de noche en los hospitales".
La asistencia del presidente de Estados Unidos a una ceremonia de oración después de la toma del poder es una tradición desde 1993.