El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anunció la creación del Consejo de Relaciones entre Canadá y Estados Unidos, un organismo integrado por destacados líderes empresariales, sindicales y políticos, que asesorará al gobierno en temas de relaciones bilaterales con su principal socio comercial. La medida forma parte de una estrategia para mitigar el impacto de posibles aranceles anunciados por el entonces presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
La amenaza de Trump de imponer aranceles del 25% sobre las importaciones canadienses ha generado una fuerte preocupación entre las autoridades y el sector privado de Canadá. Según estimaciones del gobierno y líderes empresariales, esta medida podría desencadenar una grave crisis económica y la pérdida de cientos de miles de empleos en el país.
En respuesta, el gobierno canadiense ha contemplado medidas como un embargo petrolero a Estados Unidos, una acción polémica que ha generado divisiones entre las provincias. La creación del nuevo consejo es un intento por consolidar una estrategia nacional unificada para manejar las tensiones comerciales.
El Consejo de Relaciones entre Canadá y Estados Unidos está compuesto por 18 miembros, incluyendo figuras de diversos sectores y orientaciones políticas. Entre los integrantes se encuentran Jean Charest, ex primer ministro de Quebec y miembro del Partido Conservador; Rachel Notley, ex primera ministra de Alberta y líder del Nuevo Partido Democrático; Lana Payne, presidenta del sindicato Unifor, y Flavio Volpe, presidente de la Asociación de Fabricantes de Componentes del Automóvil.
La iniciativa se hizo pública un día después de una reunión en Ottawa entre Trudeau y los jefes de gobierno de las diez provincias canadienses, convocada para definir una postura común frente a los aranceles propuestos por Trump. Nueve provincias respaldaron una declaración conjunta para adoptar un enfoque firme, pero Danielle Smith, primera ministra de Alberta, se negó a apoyar la declaración. Smith, una conservadora que se reunió recientemente con Trump, argumentó que el embargo petrolero es una medida extrema y que existen alternativas más efectivas para proteger los intereses económicos de Canadá.
La postura de Smith subraya las dificultades que enfrenta Canadá para lograr una respuesta cohesionada frente a las tensiones comerciales con Estados Unidos, reflejando las diferencias de intereses regionales y políticos en un momento de incertidumbre para la relación bilateral. Trudeau y su equipo buscan evitar una escalada de tensiones mientras trabajan para mantener un acceso fluido al mercado estadounidense, esencial para la economía canadiense.