Durante su tradicional rueda de prensa matutina, el presidente López Obrador mandó sus condolencias a la familia de Carlos Romero Deschamps, controvertido ex licor petrolero, que falleció el día de ayer a sus 79 años de edad.
A pesar de las continuas acusaciones de corrupción en contra de Deschamps, el presidente Obrador negó apuntar o señalarle, asegurando que los muertos y enfermos merecen respeto.
"Le deseo consuelo y resignación a sus familiares y a sus amigos”, indicó esta mañana en la conferencia matutina de Palacio Nacional.
“Porque a nadie se le debe desear la muerte, no hay que meterse ni con los finados ni con los enfermos, hay que respetarlos”, puntualizó el mandatario mexicano.
El petrolero, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), murió sin afrontar la justicia aunque durante años se planearon acusaciones de corrupción y desvío de fondos contra él, sustentadas en evidencias de él y su familia sobre sus excesos, con mansiones, yates y autos de lujo.