Una investigación reciente revela que el sacerdote Antonio Cabrera, detenido en el AICM el 11 de junio, abusaba sexualmente de una menor casi todos los días entre 2004 y 2011, en inmuebles ubicados en Naucalpan, Estado de México.
El juez que lo mandó a prisión preventiva descubrió que los delitos presuntamente ocurrieron en mayo 2004, abril 2007 y diciembre 2011, pero fuentes judiciales confirman que no se trataba de casos aislados: se repitieron con frecuencia casi diaria durante años.
Cabrera, excatedrático en bioética en la Universidad Anáhuac y exdirector de la Facultad de Bioética, pertenecía a los Legionarios de Cristo, una congregación ya bajo escrutinio por el fundador Marcial Maciel, condenado en 2006 por abuso de menores.
La orden de captura fue ejecutada por la Fiscalía General del Estado de México cuando detectó inconsistencias en la narrativa del religioso. Las autoridades establecieron que Cabrera ejercía una relación de confianza con la familia de la víctima, facilitando el acceso recurrente.
Tras su detención, Cabrera fue trasladado al penal de Barrientos en Tlalnepantla, donde enfrenta cargos por violación agravada en tres episodios. En la audiencia, su defensa solicitó tiempo para preparar la imputación, pero el juez impuso prisión preventiva oficiosa, señal de la gravedad del caso.
Este nuevo caso reaviva la polémica entorno a la Legión, asociación que ya sufrió un duro golpe cuando se destaparon los abusos múltiples de Marcial Maciel, perpetrados durante décadas y encubiertos por la jerarquía eclesiástica.
El hecho confirmó las peores sospechas: el abuso era sistemático, frecuente y sostenido en el tiempo. Activistas y organizaciones civiles han pedido que el juicio sea público y ejemplar, en sintonía con la política de "tolerancia cero" que impulsa el Vaticano desde 2010 .