Un investigación del periódico Milenio, dio a conocer que los carteles se dedican a vender migrantes a rancheros americanos en una suerte de “esclavitud moderna", este mercado ilegal a producido 200 millones de dólares para estos traficantes.
La periodista Laura Sánchez Ley descubrió que el modus operandi de los traficantes de migrantes es cruzar a los migrantes que buscan una mejor vida, robarles cualquier identificación de identidad y dar con sus familiares en su país de origen, esto para amenazarlos en caso de que intenten huir.
Los esclavistas encierran a los migrantes en lugares con cercas electrificadas donde son propensos a abusos de todo tipo, desde sexuales hasta negarles el aliento o el agua.
“Algunos de ellos fueron explotados para cortar día y noche decenas de cebollas con sus propias manos, sin paga, sin agua. De hecho, uno de ellos murió deshidratado de tanto cortar cebollas bajo el sol. En esa época, otro de los migrantes fue obligado a dormir en un cuartito con un enfermo de sarampión como castigo. Otros fueron enviados a un campo de cebollas con cerca eléctrica, para evitar que escaparan. Una de esas noches fue que, una de sus compañeras fue violada por uno de los patrones”, señaló la periodista.
Los esclavistas modernos operan principalmente en el sector agrícola, una de las áreas que emplea a miles de migrantes en ese país, aunque en otros casos los mexicanos incluso han sido obligados a cultivar y vender drogas.
De acuerdo con End Slavery Now, las industrias pesquera, textil, de la construcción, minera y agrícola están particularmente llenas de trabajadores forzados. Muchos de ellos ingresaron a los Estados Unidos bajo programas de visas de trabajo o de estudiantes.