Los estados de Chiapas y Nayarit han impuesto restricciones a la interpretación y reproducción de narcocorridos en eventos públicos, sumándose a Chihuahua, Baja California y Sinaloa en la implementación de medidas para frenar la apología del delito en la música. Estas acciones, respaldadas por las autoridades estatales, buscan evitar que los géneros musicales asociados con la cultura del crimen organizado normalicen la violencia entre la población, especialmente los jóvenes.
En Chiapas, la prohibición afecta eventos masivos como ferias y conciertos, aunque su aplicación varía por municipio. Mientras en Villaflores la restricción no fue implementada, en Tapachula ya se han cancelado presentaciones de artistas como Luis R. Conríquez y Los Tucanes de Tijuana. Según las autoridades locales, la norma busca proteger a la población y evitar que los espacios públicos se conviertan en plataformas de exaltación a la violencia.
Por su parte, en Nayarit la medida entró en vigor el 4 de febrero de 2025 tras ser aprobada por el Congreso estatal y promovida por el gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero. La normativa prohíbe la interpretación y reproducción de narcocorridos, corridos tumbados y corridos bélicos en espacios públicos como plazas, auditorios, estadios y ferias. Para garantizar su cumplimiento, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana podrá realizar operativos de inspección, y las sanciones incluyen la suspensión de eventos y la revocación de permisos de operación.
La prohibición en Nayarit se distingue por su alcance, ya que se extiende a cualquier evento público dentro del estado. La medida ha generado un fuerte debate, pues mientras el gobierno la defiende como una forma de garantizar la seguridad y la integridad social, músicos y seguidores del género la consideran una violación a la libertad de expresión.
El crecimiento de los narcocorridos y corridos tumbados también ha estado acompañado de amenazas a los artistas del género. En meses recientes, cantantes como Óscar Maydon, Natanael Cano y Peso Pluma han tenido que cancelar presentaciones debido a presuntas amenazas del crimen organizado, lo que ha reavivado la discusión sobre la relación entre la música y la violencia en México.