México se encuentra en una posición alarmante en el ámbito de la ciberseguridad, situándose entre los países con mayor número de ataques cibernéticos. La principal amenaza es el ´ransomware´, un tipo de malware que secuestra información al comprometer una computadora y exige un pago a cambio de recuperar los datos y evitar daños mayores. Este programa malicioso restringe el acceso a partes o archivos del sistema operativo infectado y solicita un rescate para eliminar esta restricción.
César Cidraque, director de ventas de Neverhack para Iberia y Latinoamérica, empresa especializada en seguridad cibernética, señala que la acelerada digitalización de la economía mexicana, que abarca desde el comercio electrónico hasta servicios financieros, manufactura, salud e infraestructura crítica, ha generado una alta demanda de servicios de ciberseguridad.
En una entrevista para Infobae México, Cidraque destacó la importancia de la ciberresiliencia, definida como la capacidad de prevenir, resistir y recuperarse de incidentes de ciberseguridad. Subrayó que, aunque anteriormente la ciberseguridad se consideraba un gasto innecesario o exclusivo de grandes empresas, hoy en día es vista como una inversión esencial. Los ataques son más sofisticados y constantes, y contar con una estrategia ofensiva permite adelantarse y corregir vulnerabilidades críticas antes de que sean explotadas.
El sector financiero ha estado a la vanguardia en la adopción de medidas de ciberseguridad, seguido por las telecomunicaciones y algunas empresas tecnológicas. Sin embargo, sectores industriales, manufactura y pequeñas y medianas empresas aún tienen camino por recorrer en este ámbito, ya sea por desconocimiento o falta de presupuesto. La tendencia indica que todas las organizaciones terminarán comprendiendo que la ciberseguridad no es opcional.
Para protegerse contra el ransomware y otros ciberataques, es fundamental que las empresas inviertan en medidas preventivas y fortalezcan su ciberresiliencia. La prevención siempre será menos costosa que la reacción, y entender las propias vulnerabilidades es crucial para garantizar la continuidad del negocio, la reputación y la confianza. Este paso es necesario para ser competitivos y sostenibles a largo plazo en el entorno digital actual.