El lunes 2 de junio de 2025, el volcán Etna, ubicado en la isla italiana de Sicilia, entró en erupción, generando una columna de humo de aproximadamente cinco kilómetros de altura y flujos piroclásticos en su ladera sureste. El Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV) detectó actividad a las 2:39 h locales, evolucionando rápidamente hacia explosiones estrombolianas. Las cámaras térmicas confirmaron la presencia de flujos piroclásticos, posiblemente provocados por el colapso parcial del cráter sureste. Aunque el material no superó el Valle del León (a 2.800 metros), zona frecuentada por excursionistas, muchos turistas huyeron alarmados.
La erupción ocurrió durante la festividad nacional italiana, Festa della Repubblica, lo que incrementó la presencia de turistas en la zona. Videos compartidos en redes sociales muestran a visitantes huyendo mientras el volcán expulsaba cenizas y gases.
A pesar de la espectacularidad del evento, las autoridades locales aseguraron que no hay peligro inmediato para la población, ya que los flujos de lava permanecen dentro de las zonas de contención natural. El presidente de Sicilia, Renato Schifani, confirmó que la lava no representa una amenaza para las áreas habitadas.
El aeropuerto de Catania continúa operando, aunque se emitió una alerta roja para la aviación debido a la presencia de cenizas en la atmósfera.
El Etna, con más de 3.300 metros de altura, es el volcán más activo de Europa y uno de los más monitoreados del mundo debido a su frecuente actividad y proximidad a áreas habitadas.