Durante los cuartos de final de judo en los Juegos Olímpicos de París 2024, se vivió un momento muy comentado cuando el judoca japonés Ryuju Nagayama protagonizó un gesto antideportivo tras perder contra el español Fran Garrigós. La decisión arbitral que otorgó la victoria a Garrigós generó descontento en Nagayama, quien mostró su desacuerdo de manera evidente, encendiendo las redes sociales.
El combate, en el que Garrigós se impuso con un ippon, una de las máximas puntuaciones en judo, culminó con un intento de saludo por parte del español que fue ignorado por el japonés. Nagayama, visiblemente molesto, mantuvo los brazos pegados a su cuerpo y se negó a estrechar la mano de su oponente. Garrigós, sorprendido y sin saber cómo reaccionar, optó por retirarse.
El gesto antideportivo de Nagayama no terminó ahí. Cuando Garrigós realizó el tradicional saludo con la cabeza, símbolo de respeto en judo, el japonés tampoco respondió. Esta actitud ha sido ampliamente criticada en redes sociales, donde aficionados de todo el mundo han expresado su descontento, subrayando la importancia del respeto y el fair play en el deporte.
El comportamiento de Nagayama contrasta con los valores fundamentales del judo, que destacan la cortesía y el reconocimiento al oponente. Su negativa a aceptar la derrota de manera deportiva no solo dejó a Garrigós con la mano tendida, sino que también empañó el espíritu olímpico del evento.
A pesar del incidente, Fran Garrigós logró una importante victoria que lo acerca a la medalla, siendo la primera para España en estos Juegos Olímpicos de París 2024.
