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Opinión

El gerente de la fábrica de condones le mostró la línea de producción a un visitante

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Por - 11 diciembre, 2021 - 00:10 a.m.
El gerente de la fábrica de condones le mostró la línea de producción a un visitante

El gerente de la fábrica de condones le mostró la línea de producción a un visitante. Se extrañó éste al ver que a uno de cada 10 preservativos una empleada le hacía un agujerito en la punta. Le preguntó al gerente: "¿Por qué hace eso?". Le explicó el hombre: "Es que también tenemos una fábrica de biberones". Los luctuosos versos de las coplas que escribió Jorge Manrique a la muerte de su padre, y que son en verdad de loor a su vida, han sido mal interpretados. Esa errada exégesis nos lleva a decir a cada paso que todo tiempo pasado fue mejor. Tal aseveración es gran mentira. No quiero generalizar, pero yo tengo para mí que en tratándose de los asuntos mundiales todo tiempo pasado fue peor. Antes había más guerras que ahora, y más sangrientas. Las antiguas plagas eran más crueles y cobraban más vidas que la que ahora estamos padeciendo. Abundaban dictadores comparados con los cuales los que tenemos hoy son sólo tiranuelos. Se dice que las costumbres de antaño eran más morales que las de hogaño. Falsedad supina: en cosas de la cintura para abajo todo tiempo pasado ha sido igual. Los cambios que ha habido han sido casi siempre para bien, y aun estoy tentado de pensar que nuestra generación es más decente y desde luego menos hipócrita que las anteriores. En los años de mi juventud llegaba uno a la farmacia -botica, en aquellos ayeres- y le pedía en alta voz al encargado: "Me da unos cigarros, por favor". Y luego, bajando la voz: "Y un condón". Ahora los jóvenes llegan y piden en voz alta: "Por favor me da un condón". Y luego, bajando la voz, avergonzados: "Y unos cigarros". Y es que follar no causa daño -si se hace en modo responsable-, y en cambio fumar sí perjudica, pues siempre se hace en modo irresponsable. Todo esto viene a cuento por lo que dice un cierto amigo mío. Opina que los tres últimos años del sexenio de AMLO habrán de ser peores que los tres primeros, porque se acentuará el talante dominador y absolutista de López Obrador. Yo espero que se equivoque, y advierto señas alentadoras, como la disposición que finalmente mostró el caudillo de la 4T a dialogar con el sector privado sobre el tema de la reforma eléctrica. Confío en que el Presidente aprenderá en el futuro a oír otras voces. Hasta ahora ha escuchado solamente la suya y las de quienes forman su cerrado círculo de adeptos incondicionales. Y así nos ha ido. El sastre del pueblo se veía abatido y contristado. Su amigo el peluquero le preguntó: "¿Qué te sucede?". Respondió con pesaroso tono el otro: "Llegué a mi casa más temprano que de costumbre y encontré a mi mujer en brazos de otro hombre". "¡Qué barbaridad! -se consternó el fígaro-. Y ¿tomaste medidas?". "No -contestó el sastre-. Nunca cargo la cinta de medir". Ya conocemos a Capronio: es un sujeto ruin y desconsiderado. Con su esposa y su suegra fue al centro de vacunación anti Covid. El encargado les dio a conocer las diversas marcas de vacunas de que disponía: Pfizer, AstraZeneca, Sputnik, Johnson.  Capronio, majadero, se adelantó a las damas y pidió una de la marca tal. Su esposa solicitó la suya de tal otra marca. El vacunador le preguntó a la suegra: "Y a usted, señora, ¿cuál vacuna le pongo?". Otra vez el incivil Capronio se adelantó a contestar. Dijo: "A ella póngale la antirrábica". El león estaba haciendo con la cebra lo que sólo con la leona debía hacer. Incluso en la naturaleza hay cosas que antes se llamaban "contra natura", y que todo indica que son más naturales de lo que se cree. Con la cebra se estaba refocilando el león, decía, cuando en eso se apareció la leona. "¡Rápido! -le dijo el león a la cebra-. ¡Haz como que te estoy matando!". FIN.

         MIRADOR.

                   Por Armando FUENTES AGUIRRE.

         En antiguos conventos he visto esa pintura que a primera vista es motivo de sorpresa. Muestra a la Virgen María con un seno descubierto del cual mana un chorrito de leche que va a dar a la boca de un santo que lo recibe de rodillas, extasiado.

         Hasta donde he aprendido en mis desordenadas lecturas hagiográficas sólo dos santos han merecido ese alimento celestial: San Agustín y San Bernardo. Con eso la Madre de Dios quiso significar que los veía como a hijos.   

         Antes de ser gran santo San Agustín fue gran pecador. Sabemos cómo oraba en su juventud: "Hazme casto, Dios mío, pero todavía no". Yo recibí ya esa divina gracia, la de la castidad, y ni siquiera la pedí. No lo digo con vanagloria, sino con aflicción.

         A San Bernardo lo quiero porque él quería a su perro igual que yo quise al mío. Cuando sus monjes se molestaban por la presencia del can en el claustro él les decía: "Qui me amat, amat et canem meum". El que me ama, ama también a mi perro.

         Con razón es santo San Bernardo. Quien ama a un perro tiene ya andada la mitad del camino al Cielo.

         ¡Hasta mañana!...

MANGANITAS.

Por AFA.

". China producirá tequila.".

           Seguro será un fracaso,

         pues cualquiera lo imagina:

         si el tequila es hecho en China,

         un trago y das el chinazo.

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