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Opinión

100 segundos

Marcos Durán Flores
Por Marcos Durán Flores - 23 enero, 2022 - 10:59 a.m.
100 segundos

100 segundos

La primera bomba atómica de la historia fue probada un 16 de julio de 1945 en el desierto de Nuevo México en Estados Unidos. La explosión considerada como “exitosa”, fue la culminación de años de investigaciones de EU, que bajo el “Proyecto Manhattan”, se desarrolló desde el año 1939 con un grupo de científicos de las universidades de Columbia, Princeton y California.Robert Oppenheimer, el físico líder del proyecto atestiguó la prueba y al ver la explosión citó un antiguo texto hinduista, el Bhagavad Gita y dijo: “Ahora me he convertido en la muerte, destructora de mundos”.

 Era una bomba de plutonio similar a la que tres semanas más tarde fue lanzada sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki causando la muerte de 220 mil personas, la mayor parte de ellos incinerados de inmediato, desaparecidos por la ola de calor. A partir de entonces, el poder nuclear desbocó el desarrollo de más armas nucleares, cada una más potente que la anterior. Estados Unidos y la ex Unión Soviética se embarcaron en una carrera que no se ha detenido y a la que luego se sumaron China, Francia, Corea del Norte, Inglaterra, India, Pakistán e Israel, todos con suficientes bombas para destruir 100 veces nuestro planeta.

 Fue por eso que, en el año de 1947, un grupo de científicosentre ellos trece premios Nobel, preocupadospor los estragos que sus creaciones podrían causar a la tierra, desarrollaron un proyecto al que llamaron “Reloj Nuclear”, uno que mostraba un tic-tac que cuanto más se acercaba a la medianoche, mayor era la posibilidad de una conflagración atómica mundial.

 El reloj mueve sus minutos y segundos luego del consenso al que llegan una Junta de Ciencia y Seguridad compuesta por expertos que evalúan las posibilidades de un probable “Apocalipsis”. Lo hacen mediante un análisis geopolítico sólido, el referente de las principales amenazas a las que se enfrenta la humanidad.Y bueno, pues resulta que estos relojeros, se reunieron la semana pasada y decidió moverloa tan solo 100 segundos de su fin, esto es las 23:58:20 horas, es el apocalipsis, ese que acabará con la civilización porque el mundo sigue atrapado en un momento extremadamente peligroso”.

 Las manecillas del reloj se pararon en esta hora crítica a raíz de “las amenazas continuas y peligrosas que plantean las armas nucleares, el cambio climático, las tecnologías disruptivas y la COVID-19”. También instaron a varios países como Estados Unidos y Chinaa “acelerar la descarbonización” del planeta, y reforzar la coordinación con la Organización Mundial de la Salud (OMS) para “mejorar la vigilancia” de enfermedades.

 La situación actual dice, es incluso peor que la de 1953, cuando el reloj marcó las 23:58:00 horas durante la Guerra Fría, cuando tanto los soviéticos como los estadounidenses realizaron sus primeras pruebas con armas termonucleares.“El ‘Reloj del Juicio Final’ continúa flotando peligrosamente, recordándonos cuánto trabajo se necesita hacer para garantizar un planeta más seguro y saludable. Debemos continuar alejando de la medianoche las manecillas del Reloj”, dijoRachel Bronson, presidenta del Boletín de Científicos Atómicos.

 Hoy, como entonces, las desavenencias entre Estados Unidos y Rusia y el lenguaje imprudente entre los líderes de ambas naciones, ha calentado una situación altamente peligrosa con el “Reloj del Día del Juicio Final” que se mueve decididamente a la medianoche. Paraapartar al planeta del borde del abismo, los expertos pidieron a los Gobiernos de estos países, adoptar “límites más ambiciosos” sobre las armas nucleares.

 Ellos aseguran que el reloj por supuesto, es una metáfora que nos recuerda los tiempos de la guerra fría en donde los riesgos de una aniquilación nuclear global en un abrir y cerrar de ojos estuvo a la vuelta de la esquina. Hoy con un reloj que parece no detenerse, es prudente citar aJavier Pérez de Cuellar, secretario General de la ONU en plena guerra fría cuando dijo: “Hoy, el apocalipsis ha dejado de ser una mera referencia bíblica para convertirse en una posibilidad muy real. Nunca antes en el acontecer humano se nos había colocado tan al límite, entre la catástrofe y la supervivencia”.

@marcosduranf

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