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Opinión

Después de que cerraron las puertas

Marcos Durán Flores
Por Marcos Durán Flores - 01 julio, 2022 - 10:32 p.m.
Después de que cerraron las puertas

Para muchas personas la migración es solo una estadística o un problema de seguridad que debe manejar las autoridades sin tener en cuenta las razones por las que las personas migran. Algunos la criminalizan y por eso muchos migrantes mueren. Hoy el tema se ha radicalizado y manipulado con fines políticos. Desconocen el historial de inmigración en el planeta.

Se cerraron las puertas a los migrantes y después de eso hay una especie de pánico ignorante. Días en que los medios y la sociedad han dibujado a la migración como un mal social. Por primera vez en mucho tiempo de observar y escribir sobre migración, comencé a preocuparme y lo hago porque veo las actitudes de hombres poderosos para quién la migración, es causa y efecto de los problemas económicos y de seguridad de su país y no al contrario, como sucede en la realidad. Porque hemos inventado líneas fronterizas para discriminar o como escudos absurdos olvidando que el mundo entero, debería ser el hogar para vivir fraternalmente.

Porque el sentimiento antiinmigrante, comienza a bullir en nuestras comunidades y sufrimos de escasez de sensibilidad moral y falta de coraje para defenderlos. Porque el debate sobre los migrantes se ha vuelto unilateral, racista, y centrado en el miedo y la seguridad lo que ha provocado un ambiente de hostil hacia ellos. Yo he visto en las ciudades de Coahuila, gente sin ver a los ojos a los migrantes que pasan por aquí y que piden solo un poco de ayuda para poder continuar su marcha pero que a cambio reciben persecución y criminalización.

En el olvido quedó la tradición solidaria de México para recibir a solicitantes de asilo y refugiados. Los asilados españoles, los refugiados chilenos que huyeron después del golpe de Estado de Pinochet y la llegada refugiados de Guatemala que huían de la guerra civil. Hoy nuestros corazones están cerrados y no estamos dispuestos a abrazar a los cansados y oprimidos. Cerramos los ojos y navegamos en los mares de la complacencia, mientras miles de mexicanos y centroamericanos dejan su patria en busca de la tierra prometida.

Ellos son las víctimas de la inseguridad y de los fracasos de los sistemas económicos, que insaciables, demanda mano de obra y productos baratos y pues para eso están los migrantes, para subsidiar con sus bajos sueldos los privilegios de los ricos que luego los satanizan y persiguen. Migrantes que buscan mejorar su calidad de vida y que usan a México como el nuevo mar Rojo de los judíos en el éxodo de Egipto, que buscan en los Estados Unidos una oportunidad que no encuentran en su país.

 A su paso, sufren vejaciones que convierte su odisea en un infierno. 53 migrantes asfixiándose hasta su muerte última dentro de una caja de tráiler en San Antonio, Texas, la tierra de los hombres libres.

 En una respuesta despiadada y descaradamente hipócrita a estas muertes, el gobernador Greg Abbott de Texas, es el ejemplo más reciente de la forma en que los políticos de ambos lados del territorio, deshumanizan a los migrantes y se niegan a poner un rostro humano a las innumerables vidas de migrantes perdidas.

 Son los nuevos desplazados, los que huyen del fracaso económico, de persecución por motivos étnicos y religiosos, y los conflictos armados. Los migrantes han existido desde siempre. Así llegaron nuestros antepasados a este continente migrando desde África. La historia documenta textos de hace 3 mil 500 años, cuando durante los grandes imperios del Oriente Medio, se habla de la migración de los pueblos hititas, babilonios, asirios y egipcios. Miles de años después, millones de judíos huían de la carnicería de la Alemania nazi y en épocas recientes, más de un millón de personas huyeron de Kosovo, Timor Oriental y Chechenia. Pero el desplazamiento forzado sigue y ahí están los casos de sirios, latinoamericanos, centroamericanos y por supuesto miles de mexicanos.

 Recordemos que no abandona su tierra quien quiere, sino quien desesperadamente no tiene otra salida. Las personas que murieron dentro de ese camión en San Antonio, estaban siguiendo una esperanza y les costó la vida. Las promesas de poner fin al contrabando y la trata de personas son solo eso: palabras vacías que hemos escuchado antes y que rara vez han llevado a un cambio real.

@marcosduranf

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