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Opinión

Jesús antes de Cristo

Marcos Durán Flores
Por Marcos Durán Flores - 15 abril, 2022 - 11:29 p.m.
Jesús antes de Cristo

En textos muy antiguos se encuentran los registros de un salvador barbudo y pelo largo, cuya resurrección de entre los muertos influyó en generaciones de seguidores para creer en la vida después de la muerte. Fue llamado “Pastor”, “Rey de Reyes” y “Señor de Señores” y representado en el arte durante miles de años, con la cruz de la vida eterna, emblema que convirtió en el más venerado y al que se dio el significado de “vida” después de la muerte.

Su llegada al mundo fue anunciada por una deidad divina, un ángel. Dios mismo era su padre, que realizó el milagro de que la virgen, Reina de los Cielos, concibiera a su único hijo. Fue concebido en marzo y nació en el mes de diciembre, en el solsticio de invierno. Su nacimiento se festejaba con una procesión donde se visitaba el sitio donde se creía su madre había tenido el alumbramiento. Su símbolo principal era una cruz.

A la edad de 12 años, dejó sin palabras a los escribas; su elocuencia y sabiduría lo hizo considerarlo un niño prodigio. Su nombre y su leyenda crecieron e incluso se dice que revivió aún muerto. El 12 siempre ha tenido un lugar importante enla mitología y la religión. Son 12 losdioses olímpicos del Panteón griego, 12 los trabajos delhéroe romano Hércules, 12 los hijos de Jacob, 12 las tribus de Israel y 12 los apóstoles.

A ellos les dijo que su papel en la Tierra, era el de interceder ante su padre para salvar las almas de los hombres en la hora del juicio final. Alrededor de él, se creó un culto, cuyos principales fundamentos eran la creencia en su divinidad, muerte, resurrección. Un credo muy avanzado cuya base central era dar esperanza en que la muerte, no era el final porque había un elemento espiritual eterno dentro de ellos que surgiría, resucitaría, del cuerpo y existiría en un ámbito espiritual más elevado. La resurrección y la inmortalidad, pero solo alcanzada a través de él.

Este Salvador fue asesinado un viernes, sepultado, embalsamado y como el mismo lo había dicho, resucitó al tercer día y después de ello, este hijo de Dios se convirtió en el juez de las almas de los muertos. En esa posición tenía el poder de conceder la vida en el cielo a aquellos que se portaron correctamente durante su vida terrenal. Juez imparcial de las obras y palabras de los hombres, recompensaba a los justos y castigaba a los malvados. Gobernaba junto a su padre un cielo donde moraban solo seres sin pecado. Lo hacía porque había vivido en la tierra, sufrió la muerte y resucito de entre los muertos…Todo eso según las antiguas escrituras egipcias. Es la historia, leyenda o mito de Osiris, faraón egipcio que habría reinado en Egipto hace más de 4 mil 500 años, mucho tiempo antes del nacimiento de Jesús en Galilea.

Del por qué la historia de Osiris guarda grandes similitudes con la de Jesús de Nazaret, puede tener varias explicaciones. La primera es que sea falso, a pesar de que existe evidencia histórica de que fue escrita miles de años antes del nacimiento Jesús. La segunda es que la cercanía de Egipto con Israel, haya permitido que Moisés y otros profetas, llevaran consigo los mitos e historias del antiguo Egipto y que después los adaptaran en su la Tora, sus libros sagrados y luego en la tradición judeocristiana, en la Biblia. Una especie de sincretismo, la unión de creencias, tradiciones, mitos y ritos. Un proceso en el cual, una religión toma leyendas, mitos e historias de otra, las adapta y las hace suyas. Y es que créalo, no existe una sola religión, una sola iglesia original. En todas las religiones, podemos encontrar mezclas de tradiciones y creencias antiguas y esa pudiera ser la del cristianismo, en donde la figura central es Jesús el Nazareno.

La tercera opción, pudiera ser que los antiguos egipcios fueron —sin darse cuenta— los primeros cristianos sobre la tierra. Un pueblo con Jesús adelantado, que en ese tiempo se llamó Osiris, que nació de una virgen, era el hijo de Dios, hizo milagros, murió y resucito al tercer día.

Pero la última posibilidad pudiera ser la peor: que ambas, las historias de Osiris y Jesús, hayan sido un esfuerzo a veces planificado, otras veces obra del azar y de las circunstancias, para crear los milagros, mitos y leyendas que los hombres y mujeres necesitamos creer pues seguimos sin encontrar una respuesta a nuestra soledad en la Tierra. Usted decida.

@marcosduranf

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