Una supuesta empresa de publicidad que tiene sus oficinas en el centro de Piedras Negras oferta vacantes de empleos en varios puestos de tipo administrativos, pero al asistir a la “entrevista de trabajo” no les permiten hacer preguntas y la información es muy escueta.
Al pasar a la entrevista, los candidatos tienen que pasar un examen el cual es muy sencillo y la mayoría de los entrevistados aseguran haberlo pasado con mínimo el 95 % de aciertos pero el encargado de la oficina les comenta que no y les ofrece a cambio, un puesto de supervisión, pero no dan informes hasta que llegan a la capacitación.
Al llegar a la capacitación resulta que la supuesta empresa de publicidad trabaja para varias marcas como son Telmex, Dish, AT&T, PepsiCo, pero para poder empezar a trabajar con esas marcas primero los ponen a prueba vendiendo cargadores para celular y que estarían a cargo de cinco vendedores prometiéndoles un sueldo inicial de 1500 pesos por semana pero que cuando llegaran a manejar un grupo de quince vendedores ganarían 3000 pesos semanales.
Los puntos de venta de dicha compañía son los estacionamientos de los centros comerciales de la ciudad a donde se dirigen los supervisores con el equipo vendedores el cual nunca rebasa el número de ocho o diez personas por que a los supervisores que están haciendo crecer su grupo le quitan elementos con la excusa que se van a volver supervisores y así nunca dejar que los supervisores logren alcanzar su meta de quince vendedores.
Uno de los afectados aseguró que del pago por sus honorarios, a veces se los retardaban o les pagaban menos con la excusa de que las metas de venta no se cumplían por lo cual no es posible pagarles la cantidad pactada.
Los encargados de esta empresa de nombre Eduardo” N” y el Licenciado Jonathan “N”, los cuales prometen muchas prestaciones y beneficios; los cuales al final quienes son los únicos que disfrutan son ellos, ya que postean en sus redes sociales los viajes y vida que se dan a costa del trabajo de los demás y quienes nunca ven una mejoría económica.
Inclusive atraen a jovencitos de otras ciudades de la república prometiéndoles enormes ganancias y al final los tienen vendiendo en la calle los cargadores eléctricos y al ver frustrados sus sueños regresan por sus propios medios a su ciudad.
La queja de varios ciudadanos es que no haya empresas que lucren con las necesidades laborales de la gente y menos que involucren a empresas transnacionales jugando con las ilusiones de la gente.
