PIEDRAS NEGRAS, COAH. – En lugar de atender los graves problemas que enfrenta Piedras Negras, el alcalde Jacobo Rodríguez decidió seguir la ruta del "after político". Mientras los ciudadanos lidian con socavones sin reparar, calles llenas de basura, transporte público ineficiente y colonias sin luz, el presidente municipal fue captado este fin de semana en Monterrey, bebiendo, fumando y cantando narcocorridos junto al cantante Gabito Ballesteros.
Los videos que circularon el domingo muestran al edil disfrutando del ambiente festivo, sin rastro de agenda institucional ni compromiso con su ciudad. En ellos se le ve alegremente acompañado de Ballesteros, intérprete conocido por glorificar el narcotráfico y el consumo de drogas, en lo que parece más un after club que una reunión de trabajo.
La reacción ciudadana no se hizo esperar. El ex secretario del Ayuntamiento, Ignacio García Villarreal, criticó duramente la actitud del alcalde:
"Ser alcalde no es un trabajo de 8 a 4... es un compromiso 24/7. A ver si Jacobo lo entiende de una vez. La ciudad está abandonada y él anda de fiesta como si no pasara nada", declaró.
Los contrastes entre la realidad de Piedras Negras y el estilo de vida del edil son brutales. Mientras Jacobo posa para fotos con ídolos del narco-pop, la ciudad enfrenta una larga lista de crisis sin resolver:
Más cristal que patrullas, denuncian vecinos, ante el aumento en el consumo de drogas y la escasez de vigilancia.
Socavones sin atender en colonias como Año 2000 y Doctores, representando un riesgo constante para peatones y vehículos.
Sindicato de Obras Públicas en paro, exigiendo materiales básicos y condiciones dignas de trabajo.
Basura acumulada en calles, debido a la falta de recolección regular.
Transporte público obsoleto, sin mejoras ni rutas nuevas.
Un comisario ausente, más preocupado por eventos sociales que por la seguridad pública.
García Villarreal fue claro:
"No necesitamos un fiestero en la presidencia. Necesitamos un alcalde serio, sobrio y comprometido. El pueblo está en el abandono total. La ciudad no puede esperar a que termine la peda."
La imagen del alcalde departiendo con un exponente del narco-pop, mientras su ciudad sufre carencias básicas y un aumento en los índices delictivos, se ha convertido en símbolo de una administración que parece más interesada en el espectáculo que en el servicio público.