Hace cinco años se ganó el apodo de “Chucky”, su posición favorita era la banca y no le gustaba el beisbol. Hoy Axel, a pesar de su corta edad es un prospecto en la esquina caliente, conecta a diestra y siniestra, y quiere ser el mejor.
El pelotero Axel Javier Alejo Mejía, nació el 2 de febrero del 2012, es el hijo menor de Javier y Abigail, y sus hermanos son Irving y Jesús.
A los dos años, empezó a practicar beisbol en la categoría escuelita del Club Gigantes del Parque Las Américas, en donde, acompañaba a sus hermanos y su mamá decidió integrarlo con los más pequeños.
Alejo Mejía es considerado como un gran prospecto.
En un principio era el jugador de cortesía, de acuerdo, a las reglas de la Liga Ribereña de Monclova. Desde entonces ya mostraba cualidades, aunque siempre le gustaba estar en la banca, decía que era su posición favorita.
Cuando cumplió tres años, era el niño más inquieto del equipo y tras una travesura puso en jaque a su manager “Beto” Romero, quien lo bautizó como “Chucky”. Paradójicamente, Axel le tiene pavor a este personaje de los 80´s.
En esta categoría, jugó 8 temporadas, ganó dos subcampeonatos y representó a Coahuila en el Nacional de Federación 2016 de la Ciudad de México. Además en el Nacional de Piedras Negras y en el Torneo de Asociación de Puebla en el 2017.
En su primera temporada en Moyotes (7-8 años) logró el campeonato en el 2018 y participó en la eliminatoria de la Williamsport, y en la segunda se quedó a unos pasos de lograr su objetivo. Para la tercera, seguía como un “Chucky”, pero esta vez en antesala, además incursionó como pitcher.
En el segundo juego de la serie de Play Off Final contra Sultanes, su equipo estaba abajo en la pizarra por tres carreras, y el manager le dio oportunidad de cerrar como lanzador; sacó 2 entradas y dos tercios, recetó tres ponches y solo le conectaron rolas para sacar out.
Para él, fue muy significativo, sus compañeros le regalaron la bola del juego y la guarda con recelo, estaba tan emocionado, que la banca ya no era su posición favorita. En un tercer compromiso, se coronó bicampeón y figuró en el bateo.
La familia Alejo Mejía es cien por ciento beisbolera.
“NOS ASOMBRA, PORQUE TODAVÍA DICE QUE NO LE GUSTA EL BEISBOL”
Javier y Abigail, padres del pelotero, aseguran que no les gusta enaltecer a su hijo, y solo se concretan en asegurar que se defiende en este deporte, pero los managers lo consideran como un gran prospecto.
Sus cualidades es su brazo, habilidad para atrapar y lanzar, y al bat identifica con facilidad la bola buena y mala, pero su defecto es que no le gusta el beisbol.
“Es poco inquieto e indisciplinado, porque solo quiere jugar. Siempre nos dice, que no le gusta el beisbol, esto nos sorprende, incluso a su entrenador. Cuando lo hace, lo amenazamos que ya no lo vamos a llevar y se tranquiliza”, indicaron los padres.
Todo lo contrario en la escuela, estudia segundo grado en la primaria “Lic. Benito Juárez” en la colonia Carranza, tiene un promedio de 9 y le encantan las matemáticas, es bueno para los números, y su debilidad es la materia de español.
Cuenta con el apoyo de toda su familia.
LA COMPLICIDAD DE SU ABUELO
Una malla entre dos árboles, un bat y una bola, y sobre toda la complicidad de su abuelo Juan Mejía, es la manera que aprovecha el tiempo en esta cuarentena.
“Chucky” se levanta corre al patio, y le pega a la bola una y otra vez. Cuando se cansa, practica sus lanzamientos y aprovecha al máximo su regalo de navidad del año pasado, que fue un guante nuevo.
“La mayoría de los guantes que ha tenido, eran de sus hermanos, y ya se lo entregan moldeados. Le regalé un nuevo, pero no lo quiso porque estaba duro y un poco grande. Me dio risa, al final lo cambié por uno igual, un poco más pequeño y flexible”, indicó Juan, abuelo del pelotero.
También cuenta con la complicidad de sus hermanos que comparten el gusto por el beisbol y todo el día juegan con la pelota.
¡A MA! ¿CUÁNDO VAMOS A IR AL BEIS?
Todo estaba listo para la ceremonia de inauguración de la Temporada 2020 de la Liga Ribereña, pero el mes pasado se desató la pandemia y se tuvo que suspender.
Desde entonces, Axel Javier añora jugar en el diamante y ver a su compañeros, incluso asistir a los juegos de Acereros, esta vez se quedaron con el acerobono en el palco preferente.
“No hace reír con sus ocurrencias, hace unos días me dijo: ‘A ma, cuándo vamos a ir al beis’. Todos los años vamos al Estadio apoyar a la Furia Azul, pero se atravesó esta situación. Tratamos de explicarle lo que está pasando, y vuelve a jugar”, declaró.
Antes de salir de la escuela, la maestra les explicó sobre el Coronavirus y las medidas de prevención, por lo cual, siempre se lava las manos y cada vez que se acuerda le dice a su familia que lo haga; mientras tanto cumplirá su sueño, que es jugar beisbol, aunque sea en el patio de su casa.