Gerardo Martino llegó al banquillo de la Selección Mexicana con una carrera como técnico que lo respalda. Dirigir a la selección de Paraguay, Argentina y al club Barcelona le dan méritos suficientes para tomar las riendas del Tricolor, pero el ‘Tata’ también fue un futbolista sobresaliente, aunque se autodefinió en algún momento como un jugador ‘bastante vago’.
Gerardo Martino se desempeñó como centrocampista. Debutó en 1980 con Newell’s Old Boys, con sólo 17 años de edad y desde entonces derrochó calidad y técnica con la pelota. Ocho años después del debut fue campeón.
La seña de identidad de Newell's, de calidad, técnica, velocidad y visión excepcional. Es el mejor pasando, aunque tan asombroso como Fernando Redondo con el balón en los pies", lo definió en algún momento Jorge Valdano.
Pero mejoró su futbol bajo la batuta de Marcelo Bielsa, a partir de 1990. Menos exigencia física y mayor lectura adquirió con el ‘Loco’. Fue líder y capitán de los leprosos en la etapa más prolífica de títulos del club, que se quedó a nada de ganar la Copa Libertadores.
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La seña de identidad de Newell's, de calidad, técnica, velocidad y visión excepcional. Es el mejor pasando, aunque tan asombroso como Fernando Redondo con el balón en los pies”.
Para la temporada 1990-92, Martino fue a préstamo al Tenerife de España, pero sólo estuvo cuatro meses y regresó a Newell’s, Lanús y después al Barcelona de Ecuador, para más tarde retirarse en el O’Higgins de Chile en 1997.
Fui a préstamo y me devolvieron. Empecé muy bien y terminé bastante mal", dijo el ‘Tata’ a la revista El Gráfico sobre su paso por el Tenerife. "Era muy bueno técnicamente, pero era un vago".
La deuda que le quedó a Martino fue la Selección Argentina, con la que jugó en juveniles jugando torneos sudamericanos y mundiales de categorías menores. En total, disputó 15 partidos. En selección mayor sólo disputó partidos amistosos o de poco peso, se quedó al margen de ir al Mundial de México 86’. En el 91 Alfio Basile lo llamó nuevamente, pero nada más pasó con el ‘Tata’.