En México, el bolillo y las tortillas son dos de los elementos más esenciales de la cocina, cada uno con una rica herencia cultural y fuertes preferencias regionales.
El bolillo, un pan blanco con corteza crujiente y miga suave, se encuentra en las mesas mexicanas. Es la base de antojitos como las tortas y pambazos, además de ser un acompañante indispensable en las comidas diarias.
Mientras tanto, la tortilla, es una acompañante versátil, se encuentra presente en la mayoría de la dieta de los mexicanos.
El maíz, del cual se elaboran las tortillas, no solo es un alimento ancestral en México, sino también un símbolo de identidad y tradición, especialmente en la preparación de tacos, enchiladas y quesadillas.
Ambos alimentos reflejan la diversidad culinaria del país: el bolillo es predominante en el centro y norte, mientras que la tortilla de maíz es fundamental en el sur y sureste.
Ambos comparten una historia de adaptación y evolución influenciada por las culturas prehispánicas y la llegada de ingredientes como el trigo y el maíz durante la colonización española.
