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Cómo elegir e instalar un candelabro de forma segura y correcta

Cómo elegir e instalar un candelabro de forma segura y correcta

Por Staff / La Voz - 12 junio, 2025 - 05:42 a.m.
Cómo elegir e instalar un candelabro de forma segura y correcta

Instalar un candelabro en casa no es simplemente colgar una lámpara del techo. Se trata de combinar funcionalidad, seguridad y estética para que el resultado no solo ilumine, sino que también embellezca. Un candelabro bien elegido puede convertirse en el centro visual de un ambiente, pero para que esto ocurra sin riesgos, es indispensable considerar una serie de factores clave tanto antes de la compra como durante su instalación.

Elegir el modelo correcto: algo más que estética

Elegir el candelabro adecuado implica mucho más que seguir una moda o dejarse llevar por el diseño. El tamaño del espacio, la altura del techo, el estilo de la decoración y las necesidades lumínicas del ambiente son variables que deben evaluarse con atención. Un error común es optar por un modelo demasiado grande para un ambiente reducido, o por uno demasiado pequeño para un espacio amplio, lo que termina desequilibrando visualmente la habitación.

Una regla práctica bastante extendida para calcular el tamaño ideal del candelabro es sumar los metros del ancho y del largo del ambiente y multiplicar el resultado por diez. Este valor, expresado en centímetros, da una buena idea del diámetro aproximado que debería tener el artefacto. Por ejemplo, si una sala mide 4 por 5 metros, la suma da 9, lo que sugiere un candelabro de unos 90 centímetros. Aunque no es una fórmula infalible, sirve como una guía útil para evitar desproporciones.

La importancia de la altura y el estilo

La altura del techo es otra consideración esencial. En espacios con techos estándar, es decir, de aproximadamente 2,5 a 2,7 metros, el candelabro debe colgar de manera que quede al menos a 2 metros del suelo. Si se va a colocar sobre una mesa —como suele hacerse en comedores— debe dejarse entre 75 y 90 centímetros entre la superficie de la mesa y la base del candelabro. En viviendas con techos altos, se pueden elegir modelos de candelabros colgantes más elaborados o incluso de varios niveles, que ayudan a llenar visualmente el espacio.

En cuanto al estilo, la coherencia con el entorno es clave. Los diseños clásicos, con cristales, formas curvas y detalles ornamentales, funcionan bien en interiores elegantes o de estilo vintage. Por el contrario, los modelos más sobrios, de líneas limpias y acabados metálicos, se adaptan mejor a ambientes modernos, industriales o minimalistas. En casas de campo o espacios rústicos, los candelabros de hierro forjado o madera pueden sumar calidez y personalidad. No hay una elección correcta o incorrecta, pero sí debe haber un equilibrio visual.

Lo que no se ve también importa

Además de lo estético, es fundamental considerar qué tipo de iluminación ofrece el candelabro. ¿Será la única fuente de luz del ambiente? ¿Necesitará complementar con lámparas de pie o apliques? Algunos modelos permiten colocar varias bombillas, lo cual garantiza una luz más distribuida. También conviene revisar si acepta bombillas LED —más eficientes y duraderas— y si es compatible con un regulador de intensidad, lo que permite ajustar la luz según la ocasión.

No hay que perder de vista el color y tipo de luz que emite. Las luces cálidas son ideales para comedores y salas, mientras que las frías pueden resultar útiles en cocinas o escritorios. Todo depende del uso que se le dé al espacio y del ambiente que se quiera generar.

Preparativos antes de instalar, seguridad ante todo

Una vez elegido el candelabro, llega el momento de la instalación, y aquí es donde la seguridad debe ser prioridad absoluta. El primer paso es siempre cortar la corriente eléctrica desde el tablero general de la casa. No basta con apagar el interruptor de la habitación: hay que asegurarse de que no haya electricidad en el circuito donde se va a trabajar.

Después, hay que preparar las herramientas necesarias: taladro, destornilladores, alicates, nivel, escalera segura, cinta aisladora, regletas o conectores, y tacos de fijación adecuados al tipo de techo (ya sea de concreto, madera o placa de yeso). Si se dispone de un detector de tensión, es recomendable usarlo para confirmar que los cables están sin energía antes de tocarlos.

También es crucial verificar que en el techo exista una caja de empotramiento o soporte firme. Los candelabros, especialmente los grandes o con materiales pesados, necesitan una fijación sólida a una estructura resistente, como una viga o una base metálica. Colgarlos directamente del cielorraso sin soporte es peligroso y puede derivar en accidentes.

Proceso de instalación: paso a paso y sin apuros

Con todo listo, se puede comenzar la instalación. Lo ideal es ensamblar primero las partes principales del candelabro en el suelo, sin colocar todavía las bombillas ni los elementos más frágiles. Esto facilita el montaje y reduce el riesgo de roturas.

Luego, se fija la base de soporte al techo. Para ello, es necesario alinear correctamente el anclaje con la caja eléctrica y usar los tornillos y tacos adecuados. Es importante asegurarse de que quede perfectamente nivelado, tanto por seguridad como por estética.

El siguiente paso es la conexión de los cables. En general, los cables del techo estarán identificados por colores: el negro o marrón es la fase (corriente), el azul es el neutro, y el verde/amarillo corresponde a la conexión a tierra. Los cables del candelabro deben unirse a los correspondientes del techo utilizando conectores seguros o regletas. Es fundamental que las conexiones queden bien aisladas y sin partes metálicas expuestas.

Una vez finalizada la conexión eléctrica, se fija completamente el cuerpo del candelabro al soporte del techo. Se colocan las bombillas y se hace una última verificación visual para asegurarse de que todo esté firme y alineado. Solo entonces se puede volver al tablero y restablecer el suministro eléctrico. Si todo está bien conectado, el candelabro debería encenderse correctamente al accionar el interruptor.

Cuidados posteriores para una instalación duradera

Instalar un candelabro no es el final del proceso. Para que funcione bien durante años y se mantenga en buenas condiciones, requiere un mantenimiento mínimo pero constante. Es recomendable limpiarlo regularmente con un paño seco o ligeramente húmedo, evitando productos abrasivos, especialmente si tiene piezas de cristal o acabados metálicos delicados.

Cada cierto tiempo, también es bueno verificar que los tornillos y soportes sigan firmes, en especial si el candelabro está en una zona con movimiento constante, como pasillos o salas de estar. Además, al reemplazar bombillas, siempre debe hacerse con la corriente cortada, y se puede aprovechar ese momento para revisar las conexiones visualmente.

Un detalle que transforma el espacio

Elegir e instalar un candelabro de forma segura y correcta no es una tarea menor, pero tampoco requiere ser un experto si se sigue un proceso cuidadoso. Se trata de prestar atención a los detalles técnicos, pero también a los estéticos, para lograr un resultado armonioso, funcional y seguro.

Un buen candelabro puede transformar por completo un ambiente, aportando personalidad, estilo y una luz cálida que invite a quedarse. Pero, como en todo lo que vale la pena, el éxito está en la preparación, en medir bien, instalar con calma y revisar cada paso. Hacerlo bien no solo se nota: también se disfruta todos los días.

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