Asimismo, Kenji Obayashi, profesor en el Departamento de Epidemiología de la Universidad Nara, sostuvo que durante el sueño hasta los niveles más bajos de iluminación en una habitación son suficientes para causar daños a la salud.
"Encontramos una asociación clara y significativa entre la intensidad de la luz en la habitación por la noche y la progresión de la aterosclerosis que fue independiente de los factores de riesgo conocidos como la edad, la obesidad, el tabaquismo, el estado económico, la hipertensión y la diabetes“, detalló Obayashi.
La exposición a la luz a la hora de dormir suprime la secreción de melatonina, una hormona de la glándula pineal que se produce de noche, además de que puede alterar el sistema de temporización circadiano y de esta forma alterar los ritmos biológicos.
Esta teoría sugiere que la penetración de la luz a través de los párpados reduce en el organismo la producción de melatonina, una homrana nocturna capaz de reducir la presión arterial y tratar las inflamaciones, no obstante, las investigaciones continúan en desarrollo.
La exposición a la luz por la noche (LAN) de bajo nivel en las habitaciones puede aumentar el índice de obesidad en humanos; esta conclusión se apoya en un estudio en animales que demuestra un aumento significativo en la masa corporal y casos de prediabetes, explicó.
De acuerdo con los resultados del estudio aplicado a más de mil voluntarios, entre hombres y mujeres, dormir con luz, incluso con las luminarias de la calle, aumenta de manera significativa los casos de asterosclerosis.