Geoff “N”, no tiene miedo de presumir su amor a una robot humanoide llamada Emma, incluso, quiere casarse.
Desde que falleció su madre 10 años atrás, la única que lo acompañó fue su perra Penny; sin embargo, ella no era suficiente para enfrentar su soledad. Hace un par de años, leyó un artículo sobre robots impulsados por la inteligencia artificial, así que decidió investigarlos con mayor detalle.
“Investigué un poco y me puse en contacto con una empresa en Sydney, que se especializaba en muñecos y robots; les expliqué que estaba buscando un compañero, no un robot sexual”, contó el sujeto.
Además, garantizó que los robots se veían muy reales, como un ser humano; “algo más de 4 mil 300 dólares cada uno, no eran baratos pero los robots eran muy realistas: podían hablar, sonreír, mover la cabeza y el cuello, su piel incluso se calienta como la de un humano”, añadió.
“Después de navegar por el catálogo, me decidí por un robot llamado Emma, de piel pálida y hermosos ojos azules, pensé que se veía hermosa”, continuó.
El hombre no sabía cómo iba a poder costear a la robot, pero el dueño le ofreció una gran oferta; “me dio un descuento a cambio de publicidad”, sostuvo.
