Una mujer de 55 años falleció un mes después de que le extrajeran una muela en Mallorca, España.
Los hechos ocurrieron en septiembre del año pasado. De acuerdo con la familia de la víctima, la mujer fue atendida por un dentista en Palma de Mallorca. Después, el 16 de septiembre, ella fue a visitar a su madre y tuvo que ir de urgencias a un centro de salud: no soportaba el dolor. El 23 de septiembre, la internaron “con la cara hinchada y deformada”. Murió en el hospital por un “fallo multiorgánico”.
Por ello, sus familiares demandaron al dentista y buscan que se le impute el delito de “homicidio por imprudencia”.
Y es que la mujer buscó al especialista por un fuerte dolor en la parte derecha de su boca, por lo que él le extrajo la muela. No obstante, en el proceso, se rompió el molar. El dentista no hizo nada para evitar una futura infección y la parte del diente que quedó en la boca de la víctima provocó la infección que acabó con su vida.