De los 309 niños internos que había en 2014, cuando fue creada la Pronnif, la mayoría ya cuenta con una familia.
Tener un hijo adoptivo es brindarle una nueva oportunidad a un niño que, probablemente fue víctima de violencia en la familia donde nació. La espera para que el proceso concluya puede ser larga, pero no complicada, como suele pensarse en estos casos.
En Coahuila, la legislación le ha abierto las puertas a más población para que pueda darle un hogar a un niño. La Ley para la Familia en la entidad ahora permite que parejas homoparentales, unilaterales o monoparentales (integrados para personas que quieren ser padres solteros) puedan adoptar.
Desde 2014 que se aprobó la reforma a la ley, Coahuila ha sido el primer lugar en adopciones. Incluso, familias de otros estados de la República llegan a la entidad para iniciar con el proceso. Algunos de los niños que se albergan en las casas hogar que están a cargo del DIF Coahuila, han llegado a irse hacia Estados Unidos.
LAS ADOPCIONES
HAN AUMENTADO
Érika Aguirre explicó que el número de adopciones ha incrementado con el paso de los años. De los 309 niños internos que había en 2014, cuando fue creada la Pronnif, la mayoría ya cuentan con una familia, ya sea que hayan sido adoptados por nuevos padres o hayan regresado con sus padres biológicos o sus parientes.
“Había niños internos desde antes del 2012. Había niños que tenían cinco seis o siete años internos”. Explicó que revisaron expediente por expediente y resolvieron cada caso.
En febrero de este año, la titular de la Procuraduría de los Niños, las Niñas y la Familia (Pronnif), Yezka Garza, informó que entre 2015 y 2016 se concretaron 6 adopciones internacionales. Anunció que este año se realizaría un campamento en el que los niños de las Casas Hogares de Coahuila van a Estados Unidos en busca de una familia. En 2016, viajaron 9 menores y 4 de ellos encontraron un hogar.
Hasta marzo de este año, La Casa de los Niños y las Niñas del DIF Coahuila, que se divide en 3 secciones, albergaba en la Casa Cuna a 94 niños de 0 a 9 años de edad; a 24 niños y adolescentes de entre 9 y 18 años en la Casa Rosa y a 22 niños y adolescentes de entre 9 y 18 años en la sección Albergue.
Adoptar es dar una
nueva oportunidad
Para Érika Aguirre Rodríguez, directora de adopciones en el Estado, la principal tarea de la Pronnif, dependencia encargada de realizar los procesos de adopción, es que los padres tengan la conciencia de que cuando se lleven a casa a un niño, deberán cuidarlo como si hubiera nacido del vientre de su madre adoptiva.
El primer requisito para iniciar un proceso de adopción es que la pareja, en caso de que así lo sea, haya platicado el tema y los dos estén de acuerdo en que quieren darle un hogar a uno de los niños que se han “liberado jurídicamente” y cuya patria potestad está a cargo del Estado.
“Hemos detectado ocasiones en que viene nada más uno de los cónyuges y la otra parte no, pueden usar infinidad de pretextos, de que no les dieron permiso en el trabajo. Pero deben estar conscientes de lo que se llevarán a casa, que necesita cuidados y deben estar al pendiente de ellos”, indicó.
Una vez que se haya entregado el papeleo, que consiste en el comprobante de domicilio, acta de nacimiento, acta de matrimonio, fotografías de la vivienda por dentro y por fuera, dos cartas de recomendación, carta de no antecedentes penales, un comprobante de ingresos y los exámenes médicos especiales que solicita Pronnif, la familia entra en lista de espera. Pero antes debe acudir a la “escuela para padres”, un programa creado por el DIF Coahuila en el que guías capacitados comparten consejos para educar a sus hijos.
BATERÍA DE PRUEBAS
Aguirre Rodríguez informó que, una vez que entregan la papelería necesaria, los solicitantes son sometidos a la “batería de pruebas”, un conjunto de análisis psicológicos para detectar si durante la primera entrevista, los interesados en adoptar mienten o no están preparados para ser padres o madres adoptivos.
La batería de pruebas está conformada de entre 150 y 200 preguntas, en las que se invierten unas 8 horas por sesión, dependiendo de lo que tarden en contestar los solicitantes. En total, se llevan a cabo unas 3 o 4 sesiones. Éste, dijo la funcionaria, es el paso en el que más tiempo se invierte.
“Las personas que estén interesadas en hacer esos trámites de adopción, sean adopciones privadas (que se conoce como particulares) o adopciones institucionales, tienen que estarse revalorando. El juez nos solicita esas revaloraciones. El juez dicta sentencia y establece que tengan sus pruebas vigentes. Son muy cuidadosos en cuanto a los tiempos, entonces una vez que tenemos la revaloración, ahora sí podemos continuar con nuestro procedimiento de adopción”, explicó Aguirre.
La batería de pruebas tiene una vigencia de seis meses. Esto significa que deben hacer revaloraciones cada medio año.
La directora de Adopciones en el Estado informó que el 90 por ciento de las familias que solicita adopción entran a lista de espera. Es el Consejo Técnico de Adopciones quien decide qué familia pasa al siguiente nivel.
El Consejo Técnico de Adopciones está conformado por el presidente (director del DIF Coahuila); por la secretaria técnica (la procuradora de Pronnif); por una secretaria auxiliar, que es la de la voz; Las directoras de las casas hogar donde se encuentra el niño interno; un representante del Poder Judicial, un representante de la sociedad civil.
“Nos auxiliamos también de las consejeras, que son las psicóloga, la trabajadora social y expertos en la materia que nos puedan brindar sus conocimientos para la mejor toma de decisión en cuanto al perfil de niño, la niña o el adolescente para que pueda encajar perfectamente con el perfil de los solicitantes de los futuros padres adoptivos”, explicó.
CUIDADO EN LA ELECCIÓN
Es el Consejo el encargado de buscar los mejores padres para los niños. La funcionaria estatal aseguró que no son los solicitantes quienes eligen a los niños, sino el Consejo quien elige a los mejores padres.
Después de que el Consejo selecciona a los solicitantes más idóneos, autoriza el período de convivencia. Entonces los solicitantes se convierten en “promoventes” para el juicio de adopción.
El período de convivencia se lleva a cabo dentro de la casa-hogar con el niño. Pero es el pequeño quien debe aceptar a los que, posiblemente, serán sus nuevos padres.
Síndrome del niño
institucionalizado
Uno de los problemas a los que se enfrentan, tanto los padres adoptivos, como la Pronnif, es cuando el niño adoptado genera un vínculo emocional con las instructoras o las directoras de las instituciones. De 100 niños que son adoptados, dos piden ir a visitar a sus compañeros y a quienes fueron sus instructores.
“De una u otra manera el niño se tiene que agarrar de algo afectivo o algo emocional para poder sostenerse día a día. Pero al momento de una adopción eso no nos ayuda. No nos facilita el proceso. El niño le toma amor a la casa-hogar, al personal del albergue en el que se encuentra internado y nos dificulta el desprendimiento de la casa hogar”, detalló.
BUSCAN ADOPTAR A BEBÉS
De 155 solicitantes que hay en lista de espera, el 95 por ciento busca a niños de 0 meses y como máximo 2 años de edad. El otro 5 por ciento de solicitantes se divide de 3 a 5 años de edad.
“Con ese cinco por ciento nosotros tenemos que trabajar con las familias para que abran su corazón y si ya están pensando en un niño de cinco años, nos da la posibilidad de que aumenten dos años más y se lleven a un niño de siete años. Hay quienes sí lo hacen. La mayoría de las personas piensa que entre más chico el niño, será mejor la adaptación y más fácil y no es así. Si quieres ser papa de un niño, tú lo vas a formar a la edad que sea”, expresó.
