Trump tuiteó el sábado que todavía cree que se puede lograr un acuerdo nuclear con Corea del Norte. Kim, dijo, "se da cuenta plenamente del gran potencial económico de Corea del Norte y no hará nada para interferir con eso o ponerle fin".
"Él también sabe que estoy con él y no quiere romper la promesa que me hizo ¡El trato se hará realidad!", añadió.
Estados Unidos estaba al tanto de las acciones de Corea del Norte y seguirá monitoreando la situación, afirmó la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, en una declaración.
Por su parte, en un comunicado, Seúl se declaró "muy preocupado" por las pruebas norcoreanas, que calificó de violación de los acuerdos intercoreanos alcanzados el año pasado para recudir las hostilidades entre las dos naciones vecinas.
Las autoridades surcoreanas pidieron además a Pyongyang que deje de cometer actos que podrían aumentar las tensiones militares y que se una a los esfuerzos para reanudar la diplomacia nuclear, agregó la nota publicada tras una reunión de emergencia en la residencia presidencial.
Pyongyang quiere un amplio alivio de las sanciones a cambio de unas medidas hacia el desarme que Washington consideró insuficientes. En otro indicio de su creciente frustración, Corea del Norte pidió recientemente la retirada del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, de las negociaciones y criticó al asesor de Seguridad Nacional, John Bolton.
Durante la ofensiva diplomática que siguió a los ensayos con armas norcoreanas en 2017, Kim dijo que su país no probaría artefactos nucleares ni misiles balísticos intercontinentales.
Al parecer, estos proyectiles de corto alcance no violarían la moratoria autoimpuesta por el mandatario y podrían dar pistas de su descontento con Washington y con el estado de la diplomacia nuclear.
El Ministerio de Defensa de Japón afirmó que los misiles disparados el sábado no suponían una amenaza para su seguridad y que no se acercaron a la costa occidental del país. Japón podría evitar ofrecer una respuesta contundente mientras su primer ministro, Shinzo Abe, busca celebrar su propia cumbre con Kim.