Kevin Adams y Steven Powell perdieron la vida a manos de Peter Avsenew, un homofóbico de Florida, Estados Unidos, que en 2010 rentó una habitación de su casa para matarlos. Los asesinó a tiros y sus cuerpos fueron hallados envueltos en mantas.
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El responsable nunca mostró arrepentimiento y en diversas audiencias se declaró el encargado de "sacrificar a los débiles y cobardes de la existencia". Llegó incluso a enviarle una carta a la jueza justificando su comportamiento porque creía que los homosexuales eran una vergüenza para la humanidad y debían ser eliminados".
Con 32 años, este 27 de agosto fue declarado culpable de homicidio y robo armado; tomó el coche y las tarjetas de crédito de sus víctimas. Además, durante la sentencia repitió que los gays "son una desgracia".