Esta semana, el detective de homicidios David Dickinson anunció que Bruce McArthur, sospechoso de asesinar a ocho hombres gays de Toronto (Ontario, Canadá), se declaró culpable.
Tras la terrorífica confesión, se determinó que la audiencia sea el próximo 4 de febrero. Podría determinar que el canadiense de 67 años pase el resto de su vida en la cárcel.
Ese "monstruo que cazaba en la ciudad" —como lo describió en un comunicado el alcalde de Toronto, John Tory— ataba a sus víctimas, las confinaba y asaltaba sexualmente antes de acabar con sus vidas. Luego, tomaba fotos de los cadáveres y descuartizaba los cuerpos.
De acuerdo con información de The Independent, cometió los crímenes entre 2010 y 2017.
Las víctimas son dos inmigrantes afganos, dos refugiados de Sri Lanka y otro de Irán, un turco, un trabajador sexual sin hogar y el canadiense Andrew Kinsman. El último era un destacado miembro de la comunidad
gay de Toronto.
