Cientos de personas acudieron a festejar el Día de Muertos o mejor conocido en el municipio de Frontera como “La Feria del Hueso”, los vecinos sacaron bocinas y bailaron en la calle, instalaron juegos inflables y celebraron al recordar a sus difuntos con comida, plática y arreglos florales.
La familia Saldaña se reunió para recordar al señor Gabino Saldaña Rangel, quien falleció hace 31 años a causa de lupus. Su esposa Juanita Aguillón García de 75 años de edad, comentó, era muy chistoso y hacía reír a todos, también era trabajador, responsable, le gustaba barrer el patio de su casa y se bañaba dos veces al día, no hay día que no lo recuerden.
Se conocieron por vivir en la colonia Occidental y juntos tuvieron a siete hijos, cuatro hombres y tres mujeres, le gustaba comer papas con chile, las migas, las tortillas de harina calentadas en la fogata y los frijoles.
Desde hace cinco años el señora Andrés de la Cruz Ruiz de 77 años de edad, visita a su esposa Juana Ruelas Nava, la edad y su invalidez mermaron su salud. La conoció cuando trabajaba como repartidos de Telégrafos de México, ella ya tenía hijos y desde entonces, se enamoró de ella.
Los menores de edad continúan con la tradición mexicana.
“Yo los quiero como a mis hijos, al fin me dicen papá, era a todo dar mi esposa y siempre estábamos a beso y beso, también era católica y le dedicaba mucho tiempo a la Iglesia. Le gustaba el cigarro, tejer, hacer tamales para las reliquias y jugar lotería”.
Recordó que cuando estaba enferma, le pedía que le prendiera un cigarro aunque no debiera fumarlo, él la consentía de esa manera y cuando llegaban sus hijos, la regañaban por fumar a lo que ella respondía “es que Andrés fumo en el baño y me abrazó”, pero no podía engañarlos.
Andrés le cambiaba los pañales todos los días y la bañó en su cama hasta el último día. Junto a su familia, se quedarían hasta en la noche jugando lotería como a ella le gustaba.
Desde hace diez años, la familia de Mario Alfonso Martínez Flores acompaña sus restos en el panteón Dolores, los describieron como un joven alegre, amigable, tremendo al que le gustaba la música. Falleció a los 25 años a causa de sida junto a su esposa Angélica de 22 años de edad, quien padecía la misma enfermedad, ella era alegre, luchona y le gustaba vender ropa.
“Tuvieron dos hijas y sobrevive una, a mi hijo le gustaba mucho el futbol y estuvo en varios equipos, nosotros lo acompañábamos a la colonia que fuera para verlo jugar. Era muy servicial y humanitario cuando veía que alguien requería ayuda”.
Su madre agradeció que Mario se entregara a Cristo antes de fallecer luego de estar perdido en el mundo, al fin tuvo salvación.
Durante la mañana se ofrecieron varias misas.
