Una de las cosas que más temía Ramona era morir y dejar a su hijo solo ya que este perdió la vista, eran el mejor equipo, hoy en día Miguel su hijo incondicional, atraviesa por el duelo de haber perdido lo más preciado que tenía, su madre, quien tanta falta le hará.
Encerrado en su vivienda, Miguel se comunica con quien lo va a buscar a través de una venta, no puede ver quién es y perder a su madre lo ha dejado con un gran miedo de enfrentar al mundo.
Ramona ya descansa en paz.
Su madre se convirtió en su guía, mientras que él para su madre era un soporte para poder caminar, los dos se apoyaban para salir a buscar dinero, vivían de la caridad de la gente y tenían que caminar un largo trayecto para tomar el transporte público y llegar a su destino.
Era común verlos en las principales calles de la ciudad, andando a paso lento, la gente que los veían no dudaba en acercarse y ofrecerles ayuda económica, alimentos, agua o lo que fuera necesario.
Ella tenía 81 años de edad y desde hace tiempo le detectaron cáncer en el pecho, estaba muy avanzado, los médicos dijeron que era en la fase tres por lo que ya no había remedio Ramoncita vivió sus últimos días con un fuerte dolor que a veces no la dejaba dormir.
Ese dolor era insoportable, encerrada en su cuarto de donde se escuchaban gritos de dolor que eran su alivio, para su hijo era un verdadero tormento, tomaba el celular y sin poder ver marcaba, no importaba quien fuera y pedía ayuda.
Hubo mucha gente con intención de ayudarlos, hubo quienes le llevaron alimentos, acudieron a su hogar y limpiaron para que ambos pidieran vivir en un lugar mejor, pero no era suficiente y ellos seguían saliendo a buscar dinero y comida.
Era uno de los mayores temores, morir y dejar solo a su hijo.
Hasta que la semana pasada, el cáncer venció a Ramoncita, dejó de sufrir, dejó de dolerle, pero su hijo quedó solo, ahora no podrá salir a las calles “No pues ya no puedo” comenta mientras está en el exterior de su domicilio, su semblante es muy triste.
Él perdió la vista tras una accidente mientras trabajaba, se cayó y se golpeó la cabeza nunca más volvió a ver.
Mencionó que fueron sus hermanos quienes se encargaron de los gastos funerarios de su madre, dijo que hoy no necesita nada, tiene alimentos, tiene todo para estar bien y se negó a hablar más de él pues mencionó que no quería que sus hermanos se molestaran por salir en el periódico.
