FRONTERA COAH-. Alán Trinidad, un joven habitante del Ejido 8 de Enero, ha logrado transformar su carrera y su vida en una misión solidaria. Aunque su formación es como maestro, Alán ha encontrado una pasión y propósito en el negocio de las decoraciones para eventos como bodas, quinceañeras y fiestas infantiles. Lo que comenzó como una actividad paralela, se ha convertido en una plataforma para apoyar causas nobles, destacándose con un toque único: un show especial que ha conmovido a su comunidad.
Al principio de su carrera, Alán cubría interinatos como docente, pero su personalidad extrovertida, simpática y alegre lo llevó a aceptar el reto de realizar un show para la fiesta sorpresa del esposo de una amiga. Este evento marcó el inicio de una aventura que Alán ha sabido aprovechar. Hoy en día, no solo ofrece decoraciones, sino también espectáculos tanto para niños como para adultos, incluyendo comedia negra, que ha recibido críticas tanto positivas como negativas.
A lo largo de dos años, Alán ha perfeccionado su espectáculo, pero fue un encuentro fortuito en un cruce de San Buenaventura lo que cambió su perspectiva y propósito. Alán conoció a Jorge Antonio Martínez, un joven que pedía ayuda con un cartel en el que solicitaba la eutanasia para poner fin a su sufrimiento causado por un tumor en el tallo cerebral. Esta experiencia tocó profundamente a Alán, quien había vivido de cerca el impacto del cáncer en su propia familia.
"Yo lo viví en mi familia, no es nada fácil hablar de tumor, de cáncer. Mi mamá tuvo cáncer en tercer grado y, gracias a Dios, logró superarlo. Mi tío falleció hace ocho meses por cáncer en el esófago. Desgraciadamente, él no lo logró. Todos estamos expuestos a una enfermedad y, qué mejor que podamos ayudar," comentó Alán, visiblemente emocionado.
Movido por esta experiencia, Alán decidió utilizar su talento para recaudar fondos y apoyar a Jorge Antonio. Invitó a la comunidad a contribuir con lo que pudieran, ya fuera asistiendo a sus shows, comprando boletos para actividades o donando directamente. La respuesta fue abrumadora; la gente se unió a la causa, aportando desde un peso hasta contribuciones mayores.
Jorge Antonio, quien próximamente recibirá 30 sesiones de radioterapia y quimioterapia en Saltillo, ha encontrado en Alán un aliado incansable. "Ayudo a este joven porque me pareció muy valiente para estar ahí en el crucero, solo, bajo el sol y con su padecimiento, pidiendo apoyo y solicitando la autorización de la eutanasia para tener una muerte digna," explicó Alán.
Alán Trinidad se ha comprometido a seguir apoyando a Jorge Antonio y a cualquier otra causa que esté a su alcance. "Si en mis manos está ayudar a otros casos, con la mano en el corazón lo haré. Sé que hay mucha gente en la región dispuesta a colaborar. Algunos necesitan trabajar el valor de la empatía. Nadie quisiera estar en los zapatos de Jorge, y si podemos hacer algo para aminorar su sufrimiento, los invito a hacerlo," concluyó.
La historia de Alán Trinidad es un testimonio de cómo el talento y la empatía pueden transformar vidas, no solo la de quienes reciben la ayuda, sino también la de quienes la ofrecen.