Después de seis días de aprender la última parte de su proceso migratorio en la frontera de Coahuila y Texas, Heinner, Santiago y el gato Simba lograron obtener estancia regular en los Estados Unidos.
Simba se convirtió en uno de los íconos de la última caravana migratoria, ya que viajó en los hombros de sus dueños a lo largo de siete países, quienes no lo abandonaron a pesar de lo que se avecinaba en el camino.
Santiago, un joven venezolano de 25 años, fue quien encontró a Simba en un parque de Medellín, Colombia, mientras comenzaba su travesía. En el camino, se encontró con Heinner Josué, también venezolano, quien le ayudó a cuidarlo hasta que llegaron al centro de procesamiento.
Atravesaron la selva, lugares con gran presencia de crimen organizado, sortearon a las autoridades migratorias mexicanas, cruzaron el río y el alambre de púas que espera a las personas migrantes en toda la franja de Eagle Pass, Texas.
La historia de Heinner se dio a conocer a través de VANGUARDIA durante los primeros días de la llegada de numerosos grupos de personas migrantes a Piedras Negras, Coahuila.
Heinner explicó que en su país, todos los conflictos que se han escuchado en la prensa internacional se han agudizado, y cada vez son más constantes las detenciones arbitrarias, el hambre y la falta de oportunidades para continuar a salvo.
Fue en los últimos días que tanto a Heinner como a Santiago, quien se quedó con el gato hasta el último momento, se les comunicó que su proceso de asilo fue aprobado para los Estados Unidos.
Santiago, que ya se encuentra en Dallas, Texas, junto con Simba, ahora espera la salida de Heinner del centro de detención, aunque todavía es incierto si pretenden avanzar más hacia el norte del país.
¿QUIÉN ES HEINNER?
Heinner Josué es un rapero y reciente influencer venezolano de 31 años, quien en compañía de su pequeño gato a quien carga en los hombros, arribó en las horas recientes a la ciudad de Piedras Negras, luego de un trayecto de dos meses, en que sorteó su vida al atravesar la corrupción de autoridades, la selva y un tramo en conflicto como es la colindancia de Colombia y Panamá.
Heinner, quien tiene una carrera universitaria en administración, dice que en su país, todos los conflictos que se han escuchado en la prensa internacional se han agudizado, y cada vez son más constantes las detenciones arbitrarias, el hambre y la falta de oportunidades para continuar a salvo.
Aunque muchos de los migrantes parten de sus países con dinero, en el caso de los venezolanos, Heinner dice que en realidad, sus connacionales salen sin un peso, y por eso tardó para llegar, toda vez que en cada país tuvo que ganar ingresos para seguir avanzando más kilómetros.
Pese a que en México se le ha tratado bien, dice que las autoridades del Instituto Nacional de Migración sí han tenido malos tratos hacia su persona, y hacia otros migrantes que ha observado en la caravana.