MONCLOVA, COAH.- “Por el amor de Dios, me regala una ayuda”. Sobre la calle Hidalgo en la zona centro de Monclova un adulto mayor sentado en una andadera, cabizbajo y con sus manos sosteniendo un plato, clama la ayuda de los ciudadanos que circulan apresurados sobre estas arterias en busca de un obsequio y las compras de último momento para la fiesta de fin de año.
En un trozo de papel y una frase escrita con puño y letra el señor Jesús solicita una moneda para poder solventar sus gastos.
Es la historia de Jesús Hernández Mendoza de 72 años de edad, fue abandonado por su esposa e hijos y vive actualmente en una habitación de hotel de la localidad. La cantidad de 300 pesos diarios tiene que pagar el señor Jesús para poder usar una habitación en la calle Carranza de la zona centro de Monclova.
Con identificaciones en mano, así como comprobantes de los pagos que realiza en el hotel donde se hospeda es la manera de explicar a las personas que se toman el tiempo de conversar con él y les explica el motivo de pedir una moneda a cambio.
Diez años atrás todo era diferente para el señor Jesús, quien se desempeñaba como joyero en reconocido establecimiento de la ciudad, lamentablemente enfermo y reconoce que si recibió atención de su esposa en ese entonces, pero meses después lo abandono, al igual que sus hijos de quien asegura tiene cuatro.
Con domicilio en la colonia San Francisco, el señor Jesús explico que vivía en una vivienda interior, y fue su cuñada quien lo desalojo impidiendo el acceso a su hogar, actualmente sueña con ver a sus hijos, pero refiere “ellos no quieren verme”.
Fin de año, mes de diciembre, tiempo de amar y perdonar, las familias atraviesan por situaciones que nadie se imagina, la historia del señor Jesús es solo una parte de lo que tal vez pudo haber ocurrido, sin embargo en estas fechas está ahí, solo, abandonado, y después de ganar un buen dinero siendo joyero, hoy pide una moneda para poder subsistir. Pero anhela un sueño.
“Si no me quieren ver pa que, es más ahorita andan unos nietos aquí de Houston y no han ido a verme, mi hija que vive en Houston está casada con un rico, tampoco y que no quiere saber de mi” relato entre lágrimas.
Explico que una sobrina así como su hermano se habían comprometido a ayudarlo, al menor a pagar lo que gasta en el hotel, pero solo quedo en promesas.
Las personas de buen corazón y que deseen ayudar al señor Jesús se ubica frente a una tienda de zapatos sobre la calle Hidalgo.