Tras la muerte de su esposo, una ancianita de 83 años de edad sufre el abandono de sus hijos en la sala de hospitalización de la Cruz Roja Mexicana, donde está sin medicamento, ropa, ni pañales y nadie que la pueda ayudar.
A más de 24 horas de su ingreso a la institución médica a donde arribó por un fuerte dolor en el pecho, sus cinco hijos no se han interesado en lo que le pasa, el personal de la benemérita vía telefónica les ha informado de la necesidad de su madre, pero estos se rehúsan a apoyarle, algunos de ellos ni siquiera contestan las llamadas.
Desde hace quince días, Enriqueta Solís Espasia quedó viuda, su esposo Ricardo Castillón Díaz que murió a consecuencia de complicaciones de enfermedades crónico degenerativas, al pasar esto, jamás imaginó que sus hijos también le abandonarían a ella.
La noche del viernes, vía telefónica solicitó una ambulancia a la Cruz Roja, había evacuado en numerosas ocasiones y comenzaba a debilitarse y comenzó a sentir un fuerte dolor en su pecho, la unidad llegó a su domicilio en 5 de Febrero, número 404 de la colonia Roma y le trasladó a urgencias donde permanece aún a la espera de sus hijos.
“Llegó en ambulancia, estaba solita en su casa, tiene gastroenteritis, abundantes evacuaciones diarreicas, la estamos hidratando, por que registraba un alto grado de deshidratación”, comentó el personal de la Cruz Roja.
Llamaron a Ricardo Castillón, el único de sus hijos que habita en Monclova, este dijo “Tal vez mañana me dé una vuelta para verla” gracias.
“Yo no quiero estar sola, en junio tuve dos intentos de infarto, si aceptaría irme a un asilo o asociación pero no tengo con que pagar” narró la viejecita.
Sin antibiótico, únicamente con sueros sigue en la Cruz Roja, se tienen que pagar los medicamentos y no hay quien cubra estos gastos, las enfermeras le consiguieron ropa, pues por la diarrea que presenta, ensució la que llevaba puesta, también le consiguen pañales, que piden a otros pacientes.
“Nosotros no podemos tener por muchas horas a los pacientes, pero les hemos llamado a sus hijos y no contestan, a la hija de Saltillo solamente nos dijo que gracias, le dije que si quería hablar con ella y dijo que no, estamos pensando en hablar a DIF” dijo una enfermera.
Ricardo, Patricia, Georgina, Jesús y Aracely todos de apellido Castillón Solís son los hijos de doña Enriqueta, todos ponen excusas para ayudarle, cuatro viven fuera de la ciudad, solo uno en Monclova.
“Mis hijos son así, siempre han sido así, no me ven, mejor me apoya una vecina y su hijo, también un pastor de la Iglesia, quisiera irme a un asilo o a una asociación, pero también mi esposo me dijo que no dejara mi casa” comentó Enriqueta.
“Cuando murió mi esposo, vinieron todos mis hijos, los cinco, lo sepultamos en el panteón Guadalupe, pero una hija que vive en Monterrey se enojó conmigo, porque le reclamé que tiró toda la ropa de su papá, decía que estaba contaminada”
“Son abusones, abusan, porque mi esposo antes de morir estaba conmigo, ahora estoy sola” agregó.
Dijo que su esposo le dejó una pensión pues trabajó por muchos años en Fertilizantes, una de sus hijas le aseguró que le tramitaría la papelería, pero hasta el momento no sabe nada de la situación.
Aún y cuando la ancianita ve el rechazo de sus hijos y llora por su situación, tiene la esperanza que el 24 de diciembre lleguen a su casa a visitarla.
“Siento la soledad, dijeron que el 24 iban a venir todos, pero pues ya no sé, siempre han sido así”.
Aún no se sabe que pasará con doña Enriqueta, el personal médico de la Cruz Roja, busca la manera de canalizarla al DIF, piden apoyo a cualquier institución, asociación o grupo para que ayuden a la ancianita que vive abandonada por sus cinco hijos.
“Yo si me iría a que me cuiden, si me dejaría ayudar, mi esposo me dijo que no dejara la casa, pero ahí estoy sola” concluyó.
Al momento requiere apoyo para surtir medicamentos recetados para vencer la gastroenteritis, también ropa, pues ayer tenía frío al no tener calcetines puestos, pañales de adulto son necesarios por su gastroenteritis, además de jugos o gelatinas para reforzar sus defensas.
