Al darse a conocer que el primer caso de abuso sexual del 2017 fue cometido por un menor de 9 años contra su primo pequeño de 7, las autoridades de la Pronnif dieron a conocer que lamentablemente cada vez es más común que se presente esta situación.
Lizeth Hernández Elías, subprocuradora Regional de los Niños, Niñas y la Familia comentó que lamentablemente se está volviendo común que los casos de menores de edad víctimas de algún abuso sexual son en manos de primos, amigos u otros menores cercanos.
Indicó que las estadísticas del año anterior reflejan que aproximadamente un 30 por ciento de los casos de abuso sexual a menores que recibieron fueron cometidos por otros menores de edad, lo que ha despertado una preocupación de las autoridades.
Dijo que cuando los menores cometen este tipo de conductas es por imitar acciones que vieron o que ellos mismos fueron víctimas, es por ello que se tienen que realizar los análisis necesarios para determinar la razón del problema.
“Lo que nos llama la atención es como niños de 5, 6 o 7 años ya les despertó su curiosidad sexual, lo que no es normal y debe tener algún trasfondo, tal vez fueron expuestos a contenido indebido o ellos mismos sufren de abuso”, afirmó la subprocuradora.
De igual forma, Hernández Elías comentó que es importante que los padres de familia estén al pendiente del comportamiento de sus hijos, buscando identificar a la mayor brevedad posible cuando son víctimas de algún abuso sexual o violación.
Indicó que regularmente se detectan los abusos, pues los menores tienen un cambio en su comportamiento como el cambio drástico de humor, rebeldía, incluso queja o molestia al convivir con alguien con quien anteriormente no tenían ningún problema.
Los menores se vuelven personas introvertidas, las cuales no se interesan en convivir, tienen pérdida de apetito, sueño, incluso hasta su rendimiento escolar puede bajar, por lo que tienen que estar muy al pendiente de este tipo de señales.
En las estadísticas de la dependencia se establece que la mayoría de los abusos sexuales a menores son cometidos por sus padrastros, los propios padres, así como personas allegadas a la familia como amigos o vecinos, los cuales se supone que estaban para cuidarlos y traicionaron su confianza.
“Para detectar a tiempo este tipo de casos es importante la comunicación entre padres e hijos, ya que así los niños tendrán la confianza de contarles lo que está sucediendo, así que tiene que reforzarse la confianza entre ellos para que puedan detectar cualquier cosa”, afirmó la funcionaria.