Monclova, Coah.- La historia de Brenda Natalia Alonso Hernández, una pequeña de apenas siete años, es tan dolorosa como inspiradora. En el año 2022, cuando apenas tenía cuatro años, enfrentó dos tragedias que marcaron a su familia: en junio de ese año, fue diagnosticada con un tumor cerebral grado 4 y, meses después, en plena Nochebuena, sobrevivió a la explosión de su vivienda en la colonia Carranza, donde quedó atrapada bajo los escombros hasta que rescatistas lograron ponerla a salvo.
Aquella noche del 24 de diciembre, mientras las familias celebraban la llegada de la Navidad, Brenda y los suyos pasaron las horas más angustiantes de su vida. Lo perdieron todo, pero se aferraron a lo más importante: la vida de la pequeña, que una vez más salía adelante contra toda adversidad.
Hoy, tres años después, Brenda continúa librando su batalla más dura. Los médicos ya la han desahuciado, al señalar que los tratamientos no buscan curarla, sino únicamente darle más tiempo de vida. Pero la niña, con la inocencia y valentía que la caracterizan, se aferra a la esperanza de un milagro. Entre lágrimas le dijo a su madre una frase que desgarró corazones: “Yo quiero luchar, mami, no te quiero dejar solita”.
Monclova se une por Brenda
Brenda necesita realizarse una resonancia magnética antes del 8 de octubre para conocer la evolución del tumor. El estudio requiere también la participación de un anestesiólogo, pues debe ser sedada. El costo total asciende a siete mil pesos, una cifra imposible de cubrir para su madre, Lupita Hernández, quien desde hace años lucha incansablemente por la salud de su hija.
Pero Brenda no está sola. La comunidad de Monclova ha comenzado a movilizarse: vecinos, conocidos y ciudadanos solidarios han respondido al llamado, organizando rifas, ventas de ropa de segunda mano y donativos para que la niña pueda acceder al estudio. La meta está cada vez más cerca gracias a manos generosas que no dudan en tender apoyo.
Pese a su estado de salud, Brenda conserva la sonrisa y el deseo de seguir aprendiendo. Asiste medio turno a la escuela, donde convive con sus compañeros y comparte risas. En el pasado, perdió la vista a causa del tumor, pero la recuperó tras una cirugía. Hoy, con el riesgo de nuevos síntomas, sigue mostrando una fortaleza que sorprende a todos los que la rodean.
La vida le ha puesto pruebas que parecen imposibles: un diagnóstico devastador, la tragedia de una explosión y ahora la noticia más dolorosa. Sin embargo, Brenda se ha convertido en símbolo de lucha y esperanza en Monclova, una niña que no deja de sonreír mientras su corazón repite un mismo anhelo: luchar para quedarse un poco más de tiempo junto a su mamá