Señalan a Napoleón Gómez Urrutia, líder sindical del Sindicato Nacional de Mineros y actual diputado por Morena, junto con sus hijos, se han consolidado como parte de una élite multimillonaria gracias a las cuotas sindicales de los trabajadores mineros. La investigación revela un sistema de corrupción que persiste desde hace décadas y que, lejos de extinguirse, solo ha cambiado de rostros y partidos.
El sindicato minero, liderado por Gómez Urrutia desde hace casi 25 años, heredó el poder de su padre, quien estuvo al frente por más de cuatro décadas. Durante este periodo, los trabajadores han continuado laborando en condiciones inhumanas, mientras Napoleón y su familia acumulan una fortuna que incluye propiedades de lujo y negocios inmobiliarios.
Uno de los hallazgos más relevantes y que se difundió a través de redes sociales es la forma en que las cuotas sindicales se desvían a través de terceros. Según el reportaje, hasta el 60% de los ingresos del sindicato son transferidos a un abogado vinculado a Gómez Urrutia. Este abogado, Marco Antonio del Toro, adquiere propiedades millonarias que posteriormente pasan a manos de los hijos del líder sindical, Alejandro y Ernesto Gómez.
En Baja California Sur, por ejemplo, los hermanos Gómez fueron señalados por la compra de una mansión frente al mar valuada en más de 37 millones de pesos. Además, documentos oficiales muestran que el 16 de diciembre de 2020, Alejandro Gómez y Marco Antonio del Toro adquirieron un hotel en San José del Cabo. La transacción incluyó un terreno de 1,986 m² y se pagó en una sola exhibición, con un valor de 482 mil dólares (aproximadamente 8.3 millones de pesos).
Napoleón Gómez Urrutia ha sido defendido durante años por su abogado Marco Antonio del Toro, quien también ha representado a figuras polémicas como Elba Esther Gordillo. Este entramado legal y financiero ha permitido que la familia Gómez Urrutia expanda su fortuna mientras evade responsabilidades y oculta la procedencia de sus ingresos.