Sin flores, lágrimas o recuerdos, las personas fallecidas y colocadas en la fosa común no recibieron la visita de sus familiares, no fueron recordadas con cariño y ni siquiera se conoce su identidad, ya que es ahí donde yacen los restos de quienes murieron en la mayoría de los casos de manera violenta y cuyos familiares no mostraron interés por buscarlos, siendo ese lugar el rincón de las almas olvidadas.
Son las instalaciones del panteón municipal Sagrado Corazón las que albergan a un total de 121 cuerpos de personas de quien se desconocen los datos principales como nombre, edad o algún dato que lleve a conocer su identidad en vida.
La fosa común es un espacio utilizado por la Fiscalía para llevar los restos humanos de quienes después de fallecer, no fueron reclamados por sus familiares, algunos de ellos eran personas que vivían en la indigencia y fueron atropellados, muchos otros murieron de manera violenta y nadie los buscó, por lo que tienen muchos años esperando ser identificados y sacados de ese lugar, el cual fue creado para quienes no tienen un nombre.
José González, Director de Panteones dijo que de cuatro años a la fecha se ha logrado identificar por lo menos cinco cuerpos de personas, cuyos familiares solicitaron de acuerdo a datos como color de cabello, complexión, vestimenta, color de piel y de ojos, un examen de ADN, cuyo resultado les permitió saber la identidad de quienes ahí se encontraban.
Dijo que cuando esto sucede, se solicita un permiso a la Fiscalía del Estado para que se realicen estudios forenses y determinar si la persona ahí sepultada es a quien buscan y de darse el caso, se solicita la autorización para exhumar el cuerpo y darle cristiana sepultura.
Explicó que contrario a la creencia popular donde se recrea una fosa común como un espacio donde se colocan todos los cuerpos juntos, la realidad es que se sepultan de manera individual, registrándolos con sus señas particulares para que en caso de que alguien los busque, puedan guiarse de esos datos para localizarlos.