Tras días de estar mal en su estado de salud, el pasado miércoles murió José Carlos Castañón Pérez propietario de la Frutería Mayra, su esposa, hijos, amigos y conocidos lloran la partida de ese hombre visionario, que les enseñó a luchar siempre por sus sueños, pues él hizo realidad él suyo sin pensar que llegaría tan lejos como lo hizo.
Juan Carlos murió a la edad de 59 años a causa de covid, empezó con malestares pero nunca quiso ser hospitalizado pues era un hombre de mucha fe, tanto que prefirió que se hiciera la voluntad de Dios.
Era de profesión ingeniero metalúrgico y aunque estuvo trabajando en Altos Hornos de México prefirió renunciar, pues nunca le gustó recibir órdenes de nadie, fue así como inició con su pequeño negocio.
En el exterior de la vivienda de su madre, en la colonia Obrera Norte, en la calle Secundaria 5, colocó una rejillas con chile, tomate, cebolla, la venta fue muy favorable por lo que siguió trayendo fruta, verdura para vender, así creció poco a poco hasta comprar un camión para transportar su mercancía.
Hace 31 años el sueño comenzó y posteriormente el 2 de enero de 1992 instaló la frutería “Mayra”, en un honor a su única hija que en aquel entonces acaba de nacer.
Hace algunos días cuando hizo su último viaje a Monterrey para traer mercancía, allá se empezó a sentirse mal, fue mal diagnosticado, le dijeron que era neumonía, después infección en la garganta, cuando recayó un urgenciólogo lo atendió y le dijo que tenía todos los síntomas de covid aunque nunca hubo un diagnóstico y así lo confirmara.
El 29 de octubre empezó con oxígeno, así estuvo en cama, hablaba con Dios, decía que estaba preparado para trabajar pero también dijo que ya estaba cansado y lamentablemente murió el pasado 11 de noviembre a las 12:00 del mediodía a la edad de 59 años.
“Él era Cristino, siempre fue de mucha fe, siempre decía todo lo puedo en cristo que me fortalece, siempre estuvo con la música cristiana, me dijo que le hubiera gustado conocer a Dios antes, se acercó ya grande, siempre dejaba las cosas a Dios, siempre él por delante”, mencionó su hija.
Ahora solo queda recordar a ese gran hombre que sacó adelante no solo a su familia, a sus hijos sino también a sus hermanos, fue la mano derecha de su madre quien enviudo cuando los hijos eran muy pequeños.
Para dar el último adiós sus restos fueron llevados en una pequeña urna funeraria a la casa de oración “Luz admirable” el pastor Luis Alfonso Rodríguez que además era su amigo, lo despidió con honores, descanse en Paz José Carlos Castañón Pérez
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