Un gigante de la historia, está siendo consumido por la humedad, plagas de termitas y otros daños; evidenciando la falta de mantenimiento durante la administración anterior, encabezada por el ex alcalde Mario Dávila Delgado.
Se trata del museo Coahuila y Texas, que alguna vez funcionó como hospital militar y cuartel durante la Independencia, fue víctima del descuido.
Mientras sufría un deterioro progresivo, la administración pasada expedía permisos para bodas exclusivas, cobrando miles de pesos por el uso del inmueble y no destinaban recursos a su mantenimiento.
Con la llegada de las nuevas autoridades, la gravedad del problema salió a la luz: las salas del museo y foros estaban infestados de termitas.
En años pasados, en lugar de erradicar la plaga, se optó por cubrir los daños con mamparas, ocultando el problema en vez de solucionarlo.
Además, la humedad ha causado estragos en sus paredes debido a la aplicación incorrecta de pintura vinílica, que impedía que las paredes respiraran.
Ante esta agresión al recinto, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) autorizó un permiso a la actual administración para su proceso de restauración en áreas específicas, aplicando técnicas cuidadosas en paredes para no comprometer la estructura original.
A esta causa se ha sumado el patronato "Todos por Monclova", que ha iniciado eventos con causa para recaudar fondos. El Gobierno Municipal también ha mostrado su disposición para contribuir en estas acciones.
Uno de los primeros esfuerzos para reunir recursos será la presentación del monólogo cómico "La Muerta Irredenta", programado para el 23 de marzo en el Teatro de la Ciudad de Monclova.
Se ofrecerán dos funciones, a las 5:00 y 7:00 de la tarde, con un donativo de 180 pesos por persona. Lo recaudado se destinará directamente a la restauración del foro del Museo Coahuila y Texas.
Un espacio de valor histórico
Construido entre 1794 y 1804, este recinto es parte fundamental de la historia de México. Su importancia trasciende lo arquitectónico, pues en marzo de 1811, Miguel Hidalgo, padre de la patria, fue hecho prisionero en este lugar tras ser emboscado en Acatita de Baján. Su captura marcó un momento clave en la lucha independentista.
Este lugar no solo es importante por su arquitectura de ladrillo, cantera y techo de viguería, sino también por su relevancia histórica.