Yina Cázares Reyes, ama de casa, después de enfrentar el doloroso calvario del maltrato sufrido por sus hijos en varios anexos donde los había internado para rehabilitación, comparte su valiosa recomendación para quienes buscan ayuda para sus familiares: dirigirse a la Clínica Dafel, ubicada en Frontera, Coahuila.
Con el corazón afligido, Yina Cázares revela las difíciles experiencias vividas por sus hijos, de 25 y 30 años, quienes han luchado contra las adicciones y han pasado por cuatro centros de rehabilitación en la localidad.
Desafortunadamente, las formas de maltrato que han enfrentado en dichos centros han socavado la confianza de Yina y ya no se siente segura dejándolos allí.
Entre los lugares mencionados por Yina se encuentran el Centro Vive y otro asociado a una Iglesia Cristiana en la Colonia El Pueblo.
Sin embargo, su relato revela prácticas indignantes bajo la máscara de la disciplina, como privación de alimentos, horas de pie forzadas, e incluso la instigación a otros internos para que golpeen a aquellos que hayan recaído en su adicción.
Para Yina, el descubrimiento de la Clínica Dafel representa un rayo de esperanza en medio de la oscuridad. Describe un ambiente completamente diferente, donde los internos y sus familias son tratados con respeto y consideración.
A diferencia de los anexos anteriores, en Dafel los padres pueden visitar a sus hijos en cualquier momento, sin restricciones, y conversar con ellos sin impedimentos.
Lo más alentador para Yina es el notable progreso que ha observado en su hijo, quien ha estado en Dafel durante dos meses. Destaca el enfoque profesional y compasivo del equipo de la clínica en el tratamiento psicológico y clínico de las adicciones.
A pesar del costo asociado con el tratamiento en Dafel, Yina considera que cada peso invertido es invaluable si contribuye a la recuperación y la liberación de su hijo del flagelo de las drogas. Con renovada esperanza, espera que su hijo finalmente encuentre la estabilidad y la sanación que tanto anhela.
