“Santiago nació con un milagroso defecto”, asegura Mario, el hermano mayor quién se ha convertido en los ojos de Santi en la calle y en la escuela, siempre procura cada paso que da incluso en el más mínimo detalle de abrocharle las agujetas.
“Mi mamá lloraba mucho cuando Santi estaba bebé, le pedía a Dios que le regresara la vista, pero después con el tiempo se fue acostumbrando a la situación y el amor con que lo ve, nos lo contagia a todos, hoy ya tiene 7 años”, asegura Mario.
Ambos van a la misma escuela la Miguel Hidalgo, y Mario de 11 años ya está por ir a la secundaria, “tengo miedo de dejarlo solo porque no sé quién lo va a cuidar, aunque mi hermano el menor también ya va a entrar a la primaria y lo estoy entrenando para que lo cuide como yo”.
“Santiago nació con un milagroso defecto”, asegura Mario, el hermano mayor.
Asegura que su mayor sueño, es crear un negocio para trabajar juntos y así poder seguir cuidándolo, “me da mucho coraje que la gente le diga que está ciego, a la gente con la condición de Santi, se le dice invidente, no ciego”.
“Me gustó que naciera así porque me divierto más con él, no peleamos y todos los días es un reto, conquistamos el mundo juntos, le agradezco mucho a Dios el haberme dado un hermanito como él porque valoro más mi vida, la vista y las capacidades que tenemos no solamente de poder hacer las cosas por nosotros mismos, sino de ayudar a los demás”.
La historia de estos dos pequeños dejó sensibles a todas las personas que acudieron al evento del Día Internacional de las personas con Discapacidad, que celebró el ayuntamiento en la Casa Meced, al oriente de la ciudad.
La vida de las familias con un integrante con discapacidad es difícil, es doliente, pero sobre todo, hay impotencia por la falta de inclusión que existe todavía en la sociedad, eso es lo que pide Mario, inclusión para su hermano y todas aquellas personas que también poseen una discapacidad motriz o mental.
Santi tiene apenas un año que empezó a utilizar el bastón para invidentes, ahora se vale más por sí mismo, pero asegura que la compañía de su hermano es lo más importante de su vida, ambos se aferran contra un mundo que no da la cara este sector de la sociedad, que pide a gritos ser integrado al mundo.