FRONTERA COAH.- Por un lado llegó la satisfacción, la alegría, el gozo y por otro lado la tristeza, enojo y llanto, la tarde de ayer el juez decretó prisión preventiva de carácter justificada para Rubí Carrizales Ramírez y ordenó su traslado al penal femenil del municipio de Piedras Negras Coahuila donde purgará una pena de 9 años en prisión sin beneficio alguno.
Fue así como concluyó esta trágica historia que inició aquel 28 de julio del 2017, ese accidente que protagonizó Rubí al manejar en estado de ebriedad, suceso que cobró la vida de Camila Ledezma Vielma y Yolanda Carrizales así como los daños psicológicos y físicos de por vida para Debanhi y Melissa que también iban en ese vehículo.
En esta audiencia el juez Oscar Cadena consideró que al recibir una sentencia, Rubí ya no estaba bajo el derecho de la presunción de inocencia por lo que las condiciones jurídicas que tenía cuando le colocaron el brazalete electrónico no eran las mismas.
Explicó que cambiaron las circunstancias tras la sentencia de 9 años en prisión así como la reparación del daño de más de un millón de pesos y por ello, el brazalete electrónico ya no estaba dentro de los beneficios que Rubí podía tener.
Al escuchar lo anterior, Rubí se mantuvo tranquila, no lloró, no al menos mientras que la prensa estaba en la sala, durante todas las audiencias portó un cubrebocas debido a que estaba enferma, ayer no fue la excepción, sus ojos eran tristes y al mismo tiempo temerosos pero también reflejaba cierta resignación.
Cuando el juez golpeó su mazo contra la base circular para dar por terminado el juicio oral, Rubí se levantó del asiento y volteó a ver a su familia, su madre fue la primera en abrazarla, llorando le decía que no estaba sola, que su familia nunca la iba a soltar, Rubí la escuchó y asintió con la cabeza.
Sus hermanas, primas y tías esperaban poder abrazarla al escuchar esta noticia pues Rubí ya no pudo salir del Centro de Justicia Penal sin estar esposada.
Por el otro lado, Laura Vielma; madre Camila, lloraba pero era de felicidad al saber que se hacía justicia por la muerte de su hija Camila, también José Delgadillo por la muerte de madre, ambos festejaban con su abogada particular Juanita Olalde, Sofía Martínez; Ministerio Público y el resto de los asesores jurídicos.
Muchos temían que Rubí se diera a la fuga porque el pasado jueves escuchó la condena de 9 años en prisión así como la reparación de daños a las víctimas directas e indirectas y no fue aprehendida ese día sino hasta ayer pero Rubí se presentó por sí sola a la audiencia de revisión de medida cautelar.
Tal vez llegó preparada psicológicamente para ser enviada al penal o tal vez existía la esperanza de poder al menos pasar Navidad junto a su hijo y su familia.
Cuando ocurrió la tragedia Rubí tenía 23 años, era una joven alegre con ganas de vivir y comerse el mundo de un bocado sin pensar en las consecuencias, actualmente tiene 29 años de edad y lo que pasó le cambió la vida por completo.
En los últimos 6 años que pasó en libertad, ella se esforzó por reivindicarse y mantenerse a flote por su hijo, pese a ser juzgada, señalada, amenazada, se preparó académicamente estudiando dos carreras además de una maestría, era independiente y aunque tuvo dificultad, logró conseguir un empleo que le permitía seguir adelante.
También tuvo la oportunidad de trabajar como docente y brindó campañas de prevención del suicidio y alcoholismo para que los jóvenes tomen conciencia, que conocieran su caso, así se lo dijo Rubí al juez antes de que le dictaran la condena pero eso no bastó, la ley es ley y Rubí ya está en prisión, quedará en libertad en el año 2033 a los 38 años de edad.