Hoy se cumplen 15 años de la peor tragedia vivida por el sector Villa de Fuente y la ciudad de Piedras Negras en toda su historia.
El 4 de abril de 2004, el sorpresivo desbordamiento de las aguas del Río Escondido, dejó un saldo de 38 muertos, siete desaparecidos, millonarios daños en la infraestructura de siete colonias del mencionado sector y un total de 5 mil damnificados, según cifras de la Secretaría de Gobernación.
La tarde de aquel domingo 4 de abril, una cresta de agua de al menos 10 metros de altura tomó por sorpresa a los habitantes de la populosa Villa de Fuente, quienes descansaban tranquilamente sin siquiera sospechar -ni ser avisados por las autoridades- del aluvión que se les venía encima.
Una lluvia atípica de más de 20 pulgadas que se abatió sobre la sierra El Burro y otras colindantes, formó una impresionante cortina de agua que tardó aproximadamente una hora en llegar a la zona urbana de la ciudad.
Los ríos San Antonio y San Rodrigo mostraron crecidas que rebasaron su capacidad, desembocando las aguas en el Río Escondido con una masa de más de 40 millones de metros cúbicos y una corriente que sepultó todo a su paso.
Fue tan grave el desastre que docenas de personas murieron ahogadas sin poder salir de sus habitaciones. Unos lograron sobrevivir al trepar a altos nogales, desde donde observaron impávidos y sin poder auxiliar a muchos que luchaban contra la monumental corriente y que poco a poco fueron tragados por las violentas aguas.
En sus reportes iniciales, las instituciones de emergencia informaban de decenas de desaparecidos.
Muchos vecinos se aventuraron en sus vehículos a desafiar a las aguas que ya inundaban el sector, para tratar de salir, pero nunca más se supo de ellos.
Innumerables casas fueron arrasadas y días después se podían observar vehículos que fueron arrastrados por las aguas y trepados en árboles y bardas.
“Fue algo terrible, no había luz, agua ni gas”, dijo en su momento doña Marcela Aguirre, habitante de Villa de Fuente.
“No sé cómo explicarlo, parecía el fin del mundo”, expresó, más bien como si no quisiera recordar.
Sólo horas después de la inundación equipos de socorro y forenses realizaban las penosas labores de levantamiento de cuerpos, que eran trasladados por ambulancias y carrozas a las morgues para esperar la identificación de los familiares.
En los primeros años después de la tragedia, cada cabalístico 04-04-04, cientos de personas realizaban peregrinaciones para rendir homenaje a sus seres queridos desaparecidos en el desastre.
El recorrido iniciaba en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús y concluía en el puente ubicado sobre el Río Escondido, desde donde se arrojaban flores.
Muchos que salvaron la vida en aquella ocasión abandonaron Villa de Fuente para tratar de olvidar – aunque eso es imposible- e iniciar una nueva vida en otros sectores o ciudades.
Los que se quedaron se alarman cada vez que se presenta una lluvia fuerte, pues el daño psicológico persiste a pesar de que ya transcurrieron 15 años de la tragedia.
Aun ahora, hay quienes no tienen una tumba para ir a homenajear a familiares muertos en el desastre, porque sus cuerpos jamás fueron encontrados.
Actualmente existe el proyecto de la presa “Rompepicos”, obra que podría evitar una desgracia como la del 2004… Pero está en el “limbo”.