VILLA DE AGUJITA, COAH.- “Cuando me enteré que mi yerno Sergio Gabriel Cruz Gaitán se había quedado atrapado en el pozo de carbón en Agujita, abracé a mis nietas Lesly Beatriz y Angélica -les dije quiero que sepan que nunca las voy a dejar, pase lo que pase siempre van a tener un abuelo, nos abrazamos y lloramos-.
Así lo expresó a LA VOZ Plutarco Ruiz Loredo de 56 años de edad quien el 30 de julio del 2010, vivió una situación parecida a la tragedia ocurrida en la mina “El Huizache” tras quedar “Plu” atrapado por 7 días en el interior de las entrañas de la tierra luego de la inundación del pozo donde laboraba.
“Fue hace ya 12 años y lo recuerdo como si fuera ayer, eso me da la fuerza necesaria para estar aquí y exigir el rescate de los 10 mineros”, mencionó.
Dijo que tiene pleno conocimiento del trabajo que se realiza al interior de los pozos de carbón y en esta situación que se registra en la Villa de Agujita es difícil actuar y tener resultados cuando no se cuenta con la suficiente maquinaria para iniciar con el desagüe.
“Las horas son cruciales para los trabajadores atrapados, queremos saber cuánto ha bajado el nivel del agua, y en que pozo de carbón se encuentran además de la capacidad de las bombas, puesto que esto es primordial para el rescate”, abundó.
“Yo digo que deberían poner bombas de más capacidad, como las que colocaron cuando sufrí el accidente, que eran de 8 pulgadas y me encontraba a 85 metros de profundidad”.
Aseveró ser un hombre de mucha fe, y agregó necesito ver el interior del pozo de carbón pues no creo en las estadísticas que arrojan toda vez que aquel día cuando yo pasé por un accidente similar, hubo una persona de la Secretaría del Trabajo que me daba por muerto sin embargo aquí estoy.
“Hoy sé, que siempre habrá una esperanza y yo soy testigo de eso”, expresó a este medio de comunicación.
Plutarco se dedica a la albañilería y tiene un taller de carpintería en su hogar, manifestando que hasta que se haga viejito habrá de estar siempre protegiendo a sus nietas, a esposa, en sí a su familia.
