SABINAS, COAH.- La empresa Avomex Internacional despidió recientemente a la empleada Yésica Hernández Pachecano, quien enfrentaba una condición médica derivada de sus labores en la planta. La trabajadora había sido intervenida quirúrgicamente hace un año en la Clínica 34 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Monterrey, tras presentar una trombosis en el brazo izquierdo de venas profundas, donde se le colocó un stent. Desde entonces, debía acudir a múltiples citas de seguimiento, situación que fue considerada como un "agravante" por la compañía y representantes sindicales, quienes en lugar de apoyarla le retiraron respaldo.
En noviembre, Hernández Pachecano acumuló tres faltas motivadas por su estado de salud. Estas ausencias fueron respaldadas por consultas médicas en Farmacias Similares, donde presentó recibos de compra de medicamentos recetados, ya que en estos casos el IMSS no expide justificantes. Sin embargo, la empresa decidió no reconocerlas como válidas y utilizó este argumento para proceder con su despido, lo que la dejó sin derecho a continuar con atención médica en el Seguro Social.
La ex trabajadora lamentó profundamente la decisión, señalando que perderá el acceso a sus citas médicas. "Hablé con el representante sindical José Guadalupe González Pérez y con Olguita, pero me dijeron que como ya tenía muchos justificantes e incapacidades no se harían válidas. Les respondí que cómo me iban a correr si yo necesito acudir a las citas porque no me han dado de alta", expresó Hernández Pachecano.
Los despidos en Avomex comenzaron el pasado miércoles 19 de noviembre y se realizaron de manera selectiva en ambos turnos, afectando a empleados que, según la empresa, representaban un impedimento para la producción, incluso cuando las limitaciones derivaban de las propias condiciones laborales. La exigencia mínima para los despulpadores es de 500 libras -equivalentes a 226 kilogramos- por turno en el caso de los menos experimentados, mientras que los operadores adiestrados deben alcanzar hasta 1,000 libras, es decir, 453 kilogramos.
Además de las metas de producción, otro criterio que se toma en cuenta para sancionar o despedir a los trabajadores es la frecuencia con la que solicitan permiso para ir al baño. "Se me hace muy injusto que también te despidan por pedir permiso para ir al baño. Allí no tienes permitido ir, solamente dos personas por cada banda. Es imposible aguantarte, y por ello te disciplinan", denunció Hernández Pachecano.
Fue el pasado lunes 24 de noviembre cuando Yésica Hernández Pachecano acudió a la puerta principal de la planta Avomex Internacional para recibir el pago de su liquidación, junto con decenas de exempleados que también fueron separados de sus puestos bajo circunstancias similares. El caso refleja la tensión entre las exigencias de productividad y los derechos laborales, especialmente en situaciones donde la salud de los trabajadores se ve comprometida por las condiciones de trabajo.