Frontera, Coah.- El gestor social Feliciano Elizondo Hernández murió este fin de semana, dejando un legado de lucha contra decisiones injustas que afectaban a la población fronterense.
Nunca pudieron comprarlo para que declinara en sus convicciones a cambio de un beneficio personal.
Siempre estuvo manifestándose en contra de todo atropello a la ciudadanía de las clases pobres.
Su amigo por más de 30 años el profesor Guadalupe Cespedes lo recuerda como un hombre ejemplar.
“Ahorita que pasaba por la plaza de Frontera llegó a mi memoria cuantas veces este lugar fue escenario de protestas, plantones y manifestaciones que Chanito llevaba a efecto contra los abusos de autoridad en turno, así como en otros paseos públicos del estado”.
Feliciano, “Chanito” como mejor lo identificaban los amigos, dejó un legado de moralidad, lucha contra la corrupción y dejó un legado de ideales que es difícil de encontrar en estos tiempos.
