El Centro Nacional de Huracanes (NHC) de EE.UU. informó este 15 de julio del desarrollo de una baja presión frente a la costa este de Florida, con un 40 % de probabilidad de evolucionar en un ciclón tropical durante las próximas 48 horas.
El sistema, en movimiento hacia el oeste, atravesará la Península de Florida durante este martes y noche, y se espera que llegue al noreste del Golfo de México a mediados de semana. Según el NHC, existen condiciones favorables —agua cálida y baja cizalladura—, lo que refuerza la posibilidad de que se consolide como tormenta tropical .
Aunque todavía no ha recibido nombre ni está clasificado oficialmente, el fenómeno ya está generando lluvias intensas y riesgo de inundaciones repentinas en la región sureste de EE.UU. y la costa del Golfo antes de que entre en fases más organizadas .
Los meteorólogos advierten que, incluso sin convertirse en ciclón, este sistema provocará lluvias acumuladas de entre 4 y 8 pulgadas (100-200 mm) en zonas del sur de Florida y Texas oriental, donde podría activarse una advertencia de riesgo de inundaciones localizadas.
Estas condiciones coinciden con factores estacionales: la temporada de huracanes del Atlántico, que inicia el 1 de junio y se extiende hasta el 30 de noviembre, se encuentra en su punto más activo entre agosto y octubre, aunque desde julio diversos mecanismos (como aguas cálidas en la zona de desarrollo principal y fases neutras del ENSO) predisponen a un clima favorable para estos fenómenos .
La actual fase inactiva —caracterizada por una baja energía ciclónica acumulada (ACE)— no previene el surgimiento de sistemas significativos, pues este año ya se han registrado Andrea, Barry y Chantal, aunque fueron de corta duración