El primer estudio, encabezado por Anita Iyer de la Universidad de Boston (EU), midió las respuestas de los anticuerpos en la sangre de 343 pacientes con covid-19 durante un máximo de 122 días después de la aparición de los síntomas y lo compararon con las de 1,548 individuos de control muestreados antes de la pandemia.
Los resultados señalaron que los anticuerpos IgM e IgA fueron "de corta duración", cayendo por debajo de los niveles de detección a los 49 y 71 días, respectivamente, después de la aparición de los síntomas.
Por el contrario, la respuesta de los IgG dirigidos contra la proteína Spike del coronavirus -la usa para entrar en las células humanas- "decayó lentamente en un período de 90 días" y solo tres individuos los perdieron dentro de este plazo.
El segundo estudio, realizado con 402 pacientes y dirigido por Baweleta Isho, de la Universidad de Canadá, señala que los anticuerpos IgG permanecían "relativamente estable" hasta 105 días tras la aparición de los síntomas.
Los datos indicaron que los niveles máximos de IgG se producían entre 16 y 30 días después de la aparición de los síntomas.