Después de que la presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, visito la isla de Taiwán, el gobierno de China impuso sanciones a la isla, pero se evadió sancionar los mercados que ambas naciones comparten.
A pesar de que ambas partes han estado separadas desde 1949, y ambas reclaman el territorio del otro, las relaciones comerciales entre ambas es muy fuerte por lo que una sanción a líneas económicas claves, también dañaría la economía China.
“Las empresas [taiwanesas] son una parte tan integral de la cadena de valor china que resulta difícil ejercer demasiada presión sobre esas rutas comerciales”, explicó al South China Morning Post Zennon Kapron, director de la empresa de investigación del sector financiero Kapronasia
Los sectores donde se impondrían las sanciones serie el sector de la agricultura, donde la mayoría de los votantes de la presidenta Tsai Ing-Wen.
“Sancionar a Taiwán es como mover una piedra y dejarla caer sobre su propio pie, además de profundizar las divisiones entre las dos partes”, dijo al SCMP Hong Hao, autor y economista independiente de China.
