Un vuelo de Delta Airlines procedente de Madrid con destino a Nueva York (vuelo 127) tuvo que realizar un aterrizaje de urgencia en la remota isla de Terceira, en el archipiélago portugués de las Azores, tras detectarse un problema mecánico en uno de sus motores. La aeronave, un Airbus A330 transportando 282 pasajeros y 13 tripulantes, inició el desvío cuatro horas después del despegue y aterrizó sin contratiempos en la base aérea de Lajes .
Los viajeros desembarcaron mediante escaleras móviles y fueron trasladados a hoteles locales, donde permanecieron cerca de 29 horas mientras se organizaba un vuelo de rescate. Un segundo Airbus A330 partió desde JFK, en Nueva York, aterrizando en Terceira a las 2 a.m. del lunes para reembarcar a la tripulación y pasajeros, finalmente llegando a destino más de 31 horas después de lo planeado .
Delta aseguró que la seguridad es su prioridad y se disculpó por el retraso, también se comprometió a ofrecer compensaciones y atención a los afectados. Sin embargo, algunos pasajeros criticaron la comunicación de la aerolínea durante la espera, describiéndola como "vaga y contradictoria" .
No se reportaron heridos en el incidente, y la falla exacta del motor sigue bajo investigación técnica en la base de Lajes. Este tipo de desvío es habitual cuando la seguridad está en riesgo, y aunque las aerolíneas prefieren sus hubs principales, los protocolos exigen aterrizar en el aeropuerto más cercano.
El incidente sucede en un año con múltiples eventos de emergencia aérea: desde una colisión fatídica en Washington D.C. hasta incendios en vuelos de Delta en Canadá. A pesar de estos eventos, las autoridades estadounidenses y la FAA insisten en que el transporte aéreo sigue siendo uno de los más seguros .